Sector financiero
Hernández de Cos ve “crucial” analizar el impacto de un euro digital en la estabilidad del sector financiero antes de decidir su acuñación
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, consideró este lunes “absolutamente crucial” analizar “con cuidado” el potencial impacto negativo de una posible desintermediación bancaria o los posibles efectos del euro digital en situaciones de inestabilidad financiera antes de tomar una decisión sobre su acuñación.
Así abogó durante su intervención en la Asamblea de la Asociación de Mercados Financieros, donde recordó que el Banco Central Europeo (BCE) analiza, como otros grandes bancos centrales mundiales, lanzar una divisa digital.
El “euro digital” sería, según explicó, una nueva forma de pasivo monetario del banco central que, al igual que el efectivo, estaría pensado para ser accesible tanto para los hogares como para las empresas no financieras.
Pero su lanzamiento indicó que requiere de un análisis “profundo” de sus distintas implicaciones y sus posibles configuraciones, al tiempo que obliga al BCE a estar preparado técnicamente “por si se produjesen en algún momento desarrollos que aconsejaran ponerlo en circulación”.
De hecho, el organismo ha creado un grupo de alto nivel para profundizar en este proceso y análisis, habiendo evacuado hay un primer estudio que esboza una hoja de ruta para el futuro donde identifica los escenarios que justificarían su lanzamiento.
Uno de ellos, según detalló, sería que la actual predilección del ciudadano por pagar sus compras y servicios con tarjetas y otras soluciones técnicas en lugar del efectivo. Con la pandemia y, según datos del Banco de España, el volumen de retiradas de dinero en los cajeros automáticos españoles cayó un 52% interanual en el segundo trimestre.
“De convertirse este fenómeno puntual en un cambio permanente en las preferencias de la sociedad, podríamos dejar de contar con la alternativa pública que ofrece el efectivo a los medios de pago privados”, apuntó Hernandez de Cos.
Y se haría porque el euro digital podría ser un vehículo a través del cual mantener la opción de que los ciudadanos “tengan acceso al dinero seguro del banco central y evitar los riesgos que generaría una dependencia total de los medios de pago privados”.
Sin embargo, antes de tomar una decisión de tanta envergadura indicó que el BCE debe clarificar cuál sería la tecnología más adecuada, cómo configurarla para garantizar la máxima resiliencia o de qué habría que involucrar al sector privado en la provisión del euro digital.
A su juicio, otra cuestión clave es el potencial impacto sobre la economía y bajo este marco consideró clave “la necesidad de minimizar el impacto negativo que, para la estabilidad financiera, tendría una posible desintermediación bancaria o los posibles efectos del euro digital en situaciones de inestabilidad financiera”.
Según indicó, el BCE abraza el análisis de esta situación como el resto de bancos centrales y la única diferencia es el ritmo de avance, estando en cabeza jurisdicciones donde la digitalización en pagos va por delante. Un ejemplo son los países nórdicos, donde la disminución del uso del efectivo es ya una realidad constatable; o China, cuyos medios de pago tienen a estar en manos de un reducido grupo de gigantes tecnológicos locales ajenos al sistema bancario tradicional.
(SERVIMEDIA)
16 Nov 2020
ECR/pai