El banquero aseguró que no es un plan “defensivo ni para ponerse guapo”, sino una estrategia autofinanciada sin coste de capital para “permitir generar un resultado preprovisiones mejor”, darle más valor al banco y mejorar el ROE.

“Ese es el objetivo y eso vale para todo: vale para el crecimiento orgánico del banco, vale para cualquier operación y, por tanto, yo creo que no tiene ni un carácter ni otro”, explicó durante la rueda de prensa de resultado al ser cuestionado sobre si buscaba mejorar resultados para encarar una fusión o evitar OPAs.

El Sabadell pondrá ya en marcha el programa este mismo año para mejorar su eficiencia y avanzar en la transformación digital. Incluye bajas pactadas y jubilaciones que prevé negociar con los sindicatos, y que en algunos medios elevan a 1.500-2.000 trabajadores.

IMPACTO DE 115 MILLONES

Con su implantación espera un impacto anual positivo neto en el margen antes de dotaciones de 115 millones de euros financiado con la venta de carteras de deuda. Dicha cifra incluye la pérdida de ingresos por las inversiones en títulos de deuda enajenadas, y el banco aún preservará otros 1.300 millones en plusvalías en la cartera Alco, que suponen “unos 116 puntos básicos de capital”.

El consejero delegado detalló junto al director financiero del Sabadell, Tomás Varela, que prevén alcanzar el 75% de las sinergias en ahorros de costes ya el próximo año y su integridad en el 2022 puesto que las medidas se aplicarán este año y el siguiente.

No quisieron cifrar el impacto en personal ni ofrecer más detalle sobre su ejecución, al estar pendiente de negociación con los sindicatos. Pero incluye una revisión del modelo de distribución para simplificar los procesos internos, el autoservicio en actividades transaccionales, automatizar procesos, mejorar sus centros de atención telefónica y reducir las estructuras regionales de soporte a la vez que acelera la transformación digital.

También tiene en cuenta una aceleración del plan de reestructuración en su filia TSB, adelantando un año su ejecución y con la expectativa de que la filial entre en ‘break even’ en el 2021 y tenga “a partir de ahí una senda de resultados positivos”. Al cierre del próximo año TSB contará con 290 sucursales, tras haber clausurado 164 o el 46% de las que tenía en el 2019, y habrá reducido su plantilla en 900 puestos de trabajo.

"BUSCANDO LA EFICIENCIA"

Según Guardiola, se trata de adecuar también el modelo de distribución a una aceleración en las tendencias de uso masivo de los canales remotos por parte de clientes producido con la pandemia. El banquero lo enmarcó dentro de la política de ajustes periódicos asociados precisamente a dicha realidad “buscando la eficiencia” y negó que su abordaje en una situación como la actual de crisis vaya a tener impacto reputacional.

“Lo vamos a hacer bien como siempre ha hecho el Sabadell”, aseguró y apuntó el deseo de negociar un acuerdo con los sindicatos para que las salidas sean a través de bajas incentivadas y prejubilaciones “sin tener la necesidad de lanzar un ERE”. “Lo vamos a hacer bien y desde el punto de vista reputacional no creo que vaya a provocar ningún problema adicional”, confió.

En relación a la situación económica y al ser preguntado sobre la morosidad, señaló el buen comportamiento en las moratorias crediticias con clientes, ya que “muchas” han vencido “sin impacto en la calidad crediticia.

En materia de créditos avalados con el ICO abogó, como han hecho estos días el resto de grandes banqueros, por ampliar el plazo de carencias a fin de evitar problemas de liquidez a compañías y apostó por ayudar a empresas y sectores viables con otras medidas como aportaciones de capital.

Según Guardiola, la banca verá el pico de las provisiones acopiadas para hacer frente a potenciales impagos este año y el de la morosidad el próximo ejercicio. Conforme a sus estimaciones, el Sabadell no excederá el 5% de morosidad en su punto más alto y que espera el próximo año frente al 3,81% que tenía el pasado mes de septiembre.