El banquero realizó este pronóstico después de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) desvelase este viernes que el PIB rebotó un 16,7% respecto al trimestre anterior. Se trata de una tasa de 34,5 puntos superior a la del segundo trimestre (−17,8%), y que mejora la previsión de entorno al 13% prevista por el Gobierno.

Si bien Gortázar precisó que los cálculos y previsiones deben realizarlos el servicio de estudios Caixabank Research, se mostró seguro de que lo harán por los datos conocidos. “Nuestro servicio de estudios tenía previsto un crecimiento para el cuarto trimestre de un 1,4% y, por tanto, si se mantuviera ese crecimiento en el cuarto trimestre, automáticamente y dado que el punto final del tercer trimestre es mucho mejor, pues en vez de bajar un 12,5% del PIB como tenemos previsto, bajaría un 10,6%”, calculó.

No obstante, precisó que eso es “simplemente matemáticas” y también habrá que considerar como se comporta el último trimestre del año, “que es algo más débil” de lo que esperan respecto a la evolución sanitaria y potenciales restricciones económicas.

Aún en el peor de los escenarios, con un cuarto trimestre de nuevo en negativo frente al tercero, indicó que “difícilmente la previsión del año será peor que ese 12,5%” porque “supondría una verdadera hecatombe en el cuarto trimestre, que creo que no es en absoluto esperable” pese a las nuevas restricciones que se están adoptando para detener al Covid.

En cuanto a los indicadores que maneja la propia entidad reconoció que la actividad con tarjetas de los residentes españoles se encuentra “aproximadamente dos tercios por debajo de lo que estaba la misma época del año pasado” y difícilmente mutará mientras no cambien las circunstancias de manera significativa por propia prudencia del ciudadano.

En la última semana admitió además que se ha vuelto a reducir su uso -en cajeros y pagos directos- de forma que sus operativa cae de media en octubre al 5-6%, cuando en verano se había reactivado con “ligeras subidas”, y la situación se habría agravado ante la evolución de la pandemia y miedo a confinamientos con caídas del 10-11% en la última semana.

“No cabe duda de que esperamos un impacto que ya se ha visto en octubre y que se seguirá habiendo en noviembre”, aunque estimó que “va a estar muy alejado de lo que fue la situación durante el confinamiento total que no esperamos produzca”.

Gortázar se mostró, en todo caso, cauto ante la falta de visibilidad de la evolución de la pandemia y las medidas a adoptar para evitar su contagio, indicando que obligará a volver a revisar escenarios.

En cuanto al impacto de la morosidad reconoció que se producirá el próximo año, “incluso aunque las moratorias ahora estén funcionando bien y los créditos ICO se prorroguen” porque tendrá que ponerse de manifiesto la actual caída de la actividad. Para el cierre de año confió que Caixabank finalice el ejercicio con una morosidad “por debajo del 4%”.

Para el 2021 descartó que “vaya a ser un incremento catastrófico”, pero estimó que va a ser un aumento “importante” lo que ha obligado al sector a efectuar ya voluminosas provisiones. “Lo que tenemos que hacer es ser muy precavidos y estar preparados. Y como estamos haciendo ahora: haciendo hucha para hacer frente a ese impacto”, resumió.