Su explicación la realizó durante la presentación de resultados del banco y ante la pregunta de qué tiene Caixabank y no Sabadell para llegar a un acuerdo de fusión. “En el caso de Caixabank teníamos una operación, teníamos una propuesta para analizar en el Consejo y en el caso de Sabadell no la hemos tenido nunca”, expuso.

La unión cuaja porque “se veía que era una operación que tenían sentido y que tenía valor”, y ante la convicción de que Caixabank “es un ‘partner’ perfecto” por la confluencia en muchos temas como el “enfoque de negocio, de cultura, de manera de hacer las cosas” y porque con su unión nacerá una entidad más fortalecida para encarar el desafiante escenario que se abre para la banca con los tipos negativos.

Tras confesar que en la entidad están “muy contentos con que sea Caixabank”, resumió que es “la operación que se ha analizado, la operación que esta vez estaba completada para presentar a los Consejos y es la operación que nos parecía que tenía más sentido”.

Por otro lado explicó que se desechó la fórmula de abordarla vía OPA y se ha optado por una integración vía absorción de Bankia por parte de Caixabank porque resultaba un proceso “mucho más complejo” que iba a “dilatar la operación” en el tiempo. “No lo contemplamos pero no por nada, nos parecía que generaba retrasos”, indicó.

Con la unión Bankia aportará precisamente 7.400 millones en activos fiscales monetizables al nuevo grupo, generados al realizar provisiones o por costes asociados a diferentes procesos como son las prejubilaciones y que operan como una especie de derecho frente a la Hacienda pública con la posibilidad de deducirlos reduciendo los impuestos en el futuro.

De forma adicional Bankia sumará uno de los ratios más altos de capital del sector financiero con una tasa del capital más exigente 'CET1 fully loaded' del 14,79%, que excede en 641 puntos básicos las exigencias regulatorias, o del 15,77% teniendo en cuenta las medidas de flexibilización adoptadas por los reguladores.

A su aumento ha contribuido la generación de resultados y la aprobación de los modelos internos de cálculo del riesgo de crédito de la cartera hipotecaria (IRB) de Bankia aprobados durante el tercer trimestre, quedando pendiente los correspondientes a la cartera procedente de BMN y cuyo visto bueno se espera para el arranque del 2021 añadiendo aún más capital.

La entidad supera así los 2.500 millones de capital excedentario previstos en su plan estratégico 2018-2020 y que proyectaba distribuir entre sus accionistas, siendo uno de ellos el Erario con el 61,8% de su capital a través del Frob. Al cierre de septiembre dicha cifra suma, en concreto, 2.535 millones de euros de capital sobrante.

Sevilla descartó que pueda pagarse aún un dividendo antes de que culmine la fusión aunque el Banco Central Europeo (BCE) levantase el veto actual, al estar prohibido abonar nuevos dividendos para ambas entidades en el proyecto de fusión.

El banquero defendió que dicho cajón ha servido para mejorar el canje accionarial, otorgando a los accionistas de Bankia una prima del 20% en la fusión y se utilizará para amortiguar el impacto que tendrán los costes de fusión -restarán unos 150 puntos básicos de capital-.

Sevilla no quiso valorar las palabras del presidente del Frob, Jaime Ponce, poniendo en duda que se puedan recuperar las ayudas inyectadas a la banca con la futura desinversión en Bankia y apuntando que parte de la recuperación de valor en la entidad vendrá de sinergias generadas por cierre de oficinas y ajustes de plantillas.

Sin embargo, sí indicó que la operación se aborda “desde una visión de realismo” ya que el entorno se ha complicado para el sector financiero, “presionado por un factor estructural que parecía coyuntural” como son los tipos de interés negativos y que obliga a “reaccionar” y “agravado” además por la crisis de la pandemia que exige mayores dotaciones. “Lo que buscamos las dos entidades es crear una entidad mejor preparada, más fuerte, más sólida para afrontar este entorno y para, en definitiva, ser más rentable”, explicó.

Apuntó que se buscarán sinergias de ingresos potenciando los negocios y también de costes, con un ajuste en red y plantillas que eludió anticipar ya que tendrá que ser negociado con los sindicatos. Dichos contactos se lanzarán cuando la fusión esté legalmente cerrada en el primer trimestre del 2021, sin esperar a que se cierre la integración operativa prevista para final del año.

Sevilla tampoco desveló su posición directiva en el nuevo grupo, confesando que las entidades no han tocado aún “los aspectos organizacionales ni para mí ni para personas que trabajan en las dos entidades”. Apuntó que será “un tema que lo abordaremos previsiblemente tras el cierre”.

En estos momentos aseguró que el equipo de Bankia está volcado en el negocio y es “muy importante hacer un buen cierre del año” cuando además “la dinámica comercial claramente está mejorando”. “Tenemos un equipo además muy maduro para afrontar ese tipo de situaciones”, defendió, subrayando que ahora lo que toca es no distraerse con la futura integración.