Así lo señala ese trabajo que presentó este martes en un evento virtual del Clúster de Impacto Social, coordinado por Forética y compuesto por más de 50 grandes empresas, lideradas por Grupo Cooperativo Cajamar, Ibercaja e ILUNION.

El informe recoge tendencias clave, retos y vías de actuación en cada uno de esos ámbitos, en un contexto marcado por los efectos de la Covid-19 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De hecho, el trabajo cita, por ejemplo, que, según datos del Banco Mundial, hasta 150 millones de personas podrían ser empujadas a la pobreza extrema.

La desigualdad, se señaló durante la presentación es “un fenómeno multidimensional” y “complejo”. El director general de Forética, Germán Granda, resaltó que, precisamente, los inversores y reguladores “están mirando con lupa” la acción de las empresas para cerrar las “brechas sociales” de desigualdad.

Desde la perspectiva de Granda, “la lucha frente a la desigualdad tiene grandes impactos en la creación o el impulso de modelos de negocio sostenibles, situándose en el centro de muchas de las estrategias y ocupando un espacio importante en la ‘S’ social, dentro del ya consolidado esquema ‘ESG’ (ambiental, social y buen gobierno, por sus siglas en inglés)”.

Por todo ello, agregó, “las empresas tienen grandes oportunidades en este ámbito y, especialmente ante la actual crisis, se requiere de una mayor acción y ambición para generar un impacto social positivo. Sin duda, aquellas empresas con mayores niveles de integración de los aspectos 'ESG' van a ser las mejores preparadas para la reconstrucción social y económica necesaria”.

DESIGUALDAD Y COVID-19

El director general de Políticas Palanca para el Cumplimiento de la Agenda 2030 de la Secretaría de Estado para la Agenda 2030, Gabriel Castañares, recalcó que la pandemia ha puesto de manifiesto algunas realidades en las que pueden actuar las empresas, como redescubrir “la importancia de los servicios de cuidado”, ser “conscientes” de la pobreza y del impacto que la crisis ha tenido en las compañías “de un día para otro”.

Pero también, el Covid-19 ha hecho aflorar “experiencias muy positivas” de solidaridad ciudadana, regulaciones impulsadas desde las administraciones y acciones desde las empresas “para reducir las cuotas de desigualdad”.

Castañares también hizo hincapié en el llamamiento surgido con la pandemia a prestar más atención a los colectivos vulnerables y subrayó que, además, “va a ser vital para nuestras economías” el trabajo por “reducir desigualdades y dotarnos de sociedades más inclusivas”.

En ello, “para no dejar a nadie atrás”, la Estrategia de Desarrollo Sostenible servirá “de hoja de ruta” y “va a ser fundamental” el papel de los diversos actores, como administraciones, empresas, asociaciones y universidades, añadió.

PERSPECTIVA EMPRESARIAL

Durante el evento también mostró la perspectiva empresarial, a cargo de experiencias concretas de empresas líderes del Clúster de Impacto Social de Forética. En este punto, el director de RSC/Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de Grupo Social ONCE (ONCE, ILUNION, Fundación ONCE) Fernando Riaño, hizo un llamamiento a que las empresas tienen que ir "aportando a corto y medio plazo". "Tenemos que ser parte de la respuesta", aseveró, tras exponer el Plan de Acción en Derechos Humanos de ILUNION, que busca impulsar "modelos empersariales para alcanzar un modelo económico que garnantice la prosperidad para todos" y "cerrar la brecha de la desigualdad". El plan, dijo, analiza los riesgos en derechos humanos y también implanta esa perpectiva en las compras responsables y en la política de relaciones y alianzas.

"La estrategia en materia de derechos humanos está en el centro de todas nuestras acciones", dijo, e interactúa con todas las áreas y departamentos de ILUNION. Para ello, se han elaborado varios documentos de trabajo para analizar las áreas de impacto potencial de la estrategia de derechos humanos; recopilar los ejemplos concretos del impacto y un informe con análisis y recomendaciones. "Esto nos llevará a una política definida de derechos humanos y a un plan de acción", añadió, sin perder de vista "el objetivo del empleo de calidad de las personas con discapacidad", colectivo que, en comparación con la población activa sin disapacidad, muestra "tasas de desempleo entre preocupantes y alarmantes".

Riaño lamentó que "es más dificil" derribar las barreras culturales que las tecnológicas o fisicas y concluyó su intervención poniendo de ejemplo el proyecto 'Ilunion Reciclados', que surgió hace una década en una comarca de León.

Se trata de un proyecto de economía circular para reutilizar aparatos electrónicos en desuso y que da empleo a una plantilla formada en un 90% por personas con discapacidad y en la que también tiene un peso importante la mano de obra femenina. "Queremos replicar el modelo en diferentes zonas de España", anunció, para "poner en valor la capacidad más allá de al discapacidad de las personas".