Podemos necesitaba aclarar su número real de afiliados porque en sus orígenes, en 2014, el partido contemplaba la categoría de inscritos, que podía adoptar cualquiera con tal de apuntarse gratuitamente en la web del partido sin necesidad de mostrar ningún compromiso ni realizar ninguna actividad.

Ante la III Asamblea, había registrados 516.492, de los cuales menos de la mitad, 219.158, figuraban como activos (es decir, habían participado en alguna votación en el último año) y sólo el 11%, 59.201, votaron de hecho en las primarias que revalidaron como secretario general a Pablo Iglesias.

Los 18.791 militantes, que han de pagar una cuota mensual mínima de tres euros, serán quienes podrán participar en la elección de los nuevos órganos locales de Podemos y de los enlaces de círculos para las nuevas redes. Era necesario fijar una fecha de cierre para evitar la afloración de votantes fraudulentos en el último momento, que pudieran contaminar las primarias locales. Pero el censo seguirá abierto para quien quiera afiliarse al partido en lo sucesivo.

Por el momento, la cifra en un mes supera los 14.243 que se registraron en los dos primeros meses del anterior intento de censo de militantes, en 2017, antes de la escisión de errejonistas y anticapitalistas, y que no llegó en ningún momento a superar los 23.000.

Los militantes registrados formarán por el momento un total de 747 círculos, que serán, junto a los nuevos órganos locales que se elijan, los encargados de llevar a cabo una verdadera implantación territorial, la tarea eternamente pendiente de Podemos.