Entorno rural
Tres de cada cuatro mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural afirman vivir con peor calidad de vida que los hombres
- Según Cermi Mujeres
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El 75% de las mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural consideran que viven con peor calidad de vida que los hombres con discapacidad y, además, el 67% señalan que encuentran más dificultades que la población masculina a la hora de establecer relaciones sociales, sentimentales o para independizarse.
Así lo explicó este miércoles la consultora de la Fundación Cermi Mujeres (FCM), Esther Castellanos, quien se hizo eco de un estudio elaborado por la FCM y publicado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad.
Esther Castellanos expuso las conclusiones de este trabajo durante el webinario ‘Mujeres rurales con discapacidad’, celebrado en el marco del ciclo ‘No estás sola’, una serie de encuentros telemáticos impulsados por Cermi Mujeres con el fin de promover, durante la pandemia, el acompañamiento y la participación de las mujeres con discapacidad, así como de las madres y cuidadoras de familiares con discapacidad.
Este encuentro, moderado por la vicepresidenta ejecutiva de la FCM, Ana Peláez, coincide con la conmemoración este jueves, 15 de octubre, del Día Internacional de las Mujeres Rurales.
La consultora de la FCM declaró que la mayoría de las mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural (un total de 70, de diferentes comunidades autónomas) asegura que se han sentido discriminadas en algún momento. De esta forma, denuncian desigualdad por razón de discapacidad el 51%; por ser mujer, el 16%, y con porcentajes inferiores destacan también razones como vivir con una enfermedad crónica o el aspecto físico.
Para revertir esta situación, el estudio desgranado por Esther Castellanos apunta a la necesidad de garantizar una mayor independencia económica y más participación comunitaria para que no sufran “invisibilización”.
VIOLENCIA DE GÉNERO
En cuanto a la violencia de género, la presidenta de la federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), Teresa López, advirtió de que “no se puede luchar contra esta lacra en las zonas rurales de la misma forma que se hace en las ciudades, porque la realidad es diferente”. Y como esto, afirmó, “sucede con todo lo que tiene que ver con la igualdad”.
La representante de Fademur comentó que en España residen cinco millones de mujeres en el entorno rural y alertó de que “nuestro principal problema es la falta de autonomía económica”. Igualmente, ensalzó la labor del movimiento de mujeres rurales y denunció que “el mundo rural está sufriendo un desmantelamiento de servicios y, cuando esto sucede, la sociedad patriarcal dicta que nosotras seamos las que nos encarguemos de los cuidados”.
En este sentido, la diputada delegada de Derechos Sociales y Territorio Sostenible de la Diputación de León, Carolina López, defendió que “la forma de asentar población es que las mujeres rurales tengamos una vida y un empleo dentro de nuestros pueblos para que podamos quedarnos”.
Asimismo, criticó el esfuerzo que cuesta que lleguen los servicios como Internet o los transportes a las localidades rurales: “Necesitamos políticas a medida para cada población rural, con discriminación positiva para las mujeres”.
BUENAS PRÁCTICAS
Por otra parte, el encuentro contó con la participación de la coordinadora técnica de la Federación Salud Mental Castilla y León y responsable del área de mujer de la entidad, Patricia Quintanilla, quien expuso las claves del proyecto ‘Julia Mujeres Rurales y Salud Mental, Redes que sanan en entornos rurales’, impulsado por Salud Mental Castilla y León. Quintanilla señaló que este proyecto está formado por talleres de crecimiento personal y grupal dirigidos a mujeres con discapacidad psicosocial.
Leire Rivas, de Blindados en la Granja, una cooperativa que trabaja en favor de personas con discapacidad en Valle de Ollo (Navarra), describió el trabajo de esta cooperativa, ligada a la sostenibilidad medioambiental, y apuntó a la falta de transporte público como una de las dificultades que más se encuentran en su día a día para poder llegar a diferentes sitios para realizar talleres con las personas usuarias.
Posteriormente, la secretaria ejecutiva de la Red de Mujeres Rurales de Latinoamérica y el Caribe, Luz Haro, detalló algunas de las situaciones de discriminación que sufren las mujeres rurales con discapacidad en esta región del planeta y afirmó que “queda mucho por hacer”, por lo que subrayó la importancia de la formación. “Sólo el talento humano nos permite abrir puertas y ventanas”, proclamó.
En el apartado de testimonios en primera persona, Natalia Laso, de Zafra (Badajoz), mujer ciega, compartió las dificultades que afrontó para asumir su discapacidad en el entorno rural. “Me costó muchos psicólogos y peleas con amigos usar el bastón, y nunca me sentí preparada para sacarlo. En cambio, ahora no me imagino la vida sin el bastón, porque te hace independiente y libre”, señaló esta mujer, lamentando la falta de medios y accesibilidad que existe en los pueblos en comparación con las ciudades. Eso sí, manifestó que, “aunque con lucha, hemos ido consiguiendo avances”.
Desde Guatemala, Flori, otro testimonio de mujer residente en el entorno rural, dijo que “las mujeres rurales con discapacidad no tienen ni voz ni voto y somos excluidas de los espacios de participación”. Precisamente, Elisabeth, otro testimonio desde un pueblo de Burgos, advirtió de que “las mujeres con discapacidad del entorno rural queremos ser también libres”.
(SERVIMEDIA)
14 Oct 2020
DMM/mjg/gja