Botín estaba citada a declarar como testigo en la causa que investiga esta operación, realizada en 2017, y a sus dos últimos presidentes Ángel Ron y Emilio Saracho. En su declaración aseguró que tanto De Guindos como Linde le transmitieron su “preocupación” por el futuro del Popular.

El Banco Santander se hizo con el Popular por el precio simbólico de un euro tras la resolución de la entidad por decisión de la Junta Única de Resolución, en junio de 2017. Fuentes presentes en la declaración aseguraron que Botín insistió en que no tuvo presiones para comprar el banco y admitió haber recibido en mayo una invitación para acudir al proceso de compra.

Los analistas del Santander concluyeron que el Popular estaba afectado por “un deterioro de la confianza”, y que era una entidad solvente con un evidente problema de liquidez. Este informe hizo que Botín renunciara a comprar el banco en condiciones de mercado. Finalmente, la entidad presidida por Botín se quedó con el Popular por un euro tras su resolución, tras lo cual se presentaron un aluvión de denuncias por supuestas irregularidades.