El viaje comienza en el Castillo de Sant Elm, en Andratx, desde donde parten en lancha a Isla Dragonera, un icono del conservacionismo balear. Desde esa localización emprenden un trekking hasta el Far Vell, situado a casi 350 metros de altura, y Simón cuenta cómo sucedieron las cosas al comienzo de la pandemia: “Hubo problemas para entender cómo funcionaba la enfermedad”, explica el doctor. “Ya el 16 de enero empezamos a trabajar hasta 16 horas diarias; a final de febrero, cuando vimos de cerca el problema en Italia, redoblamos los esfuerzos; pero los datos epidemiológicos no dieron un salto cualitativo y cuantitativo hasta el 9 o 10 de marzo”, añade.

"¿Cómo no lo vistéis venir? ¿Se hizo todo bien? Viendo lo que pasaba en Italia, ¿por qué no saltó la alerta? ¿Cómo se tomó la decisión de confinar España? ¿Se hizo bien la desescalada? ¿Tienes la conciencia tranquila? ¿Qué va a ser de nosotros este otoño? ¿Puede repetirse una situación parecida a la de abril?". Son algunas de las muchas preguntas que Fernando Simón responde en sus conversaciones con Calleja. En el plano personal, da detalles de cómo fueron sus inicios como médico, su experiencia en Londres, donde estudió Epidemiología y su trayectoria como profesional de esta especialidad médica en numerosos países de África y Sudamérica. También hablará de sus padres, sus cinco hermanos, su mujer y sus tres hijos y lo que la repentina y no buscada popularidad ha supuesto para él y su familia.