En una pregunta en la sesión de control en el Congreso, la primera que formulaba Arrimadas a Iglesias, la líder de Cs le interpeló si, ahora que la confianza de la gente en los políticos “está por lo suelos”, él creía que personalmente con su labor estaba ayudando a resolver los grandes problemas de los ciudadanos”.

Iglesias contestó inicialmente que sí, porque, “modestamente” y asumiendo todos sus “errores”, desde su Vicepresidencia había contribuido a construir una salida de la crisis del coronavirus “completamente diferente” a la que se tomó a la crisis económica de 2008, y a que “el principal principio rector de la política del Gobierno sea la defensa del interés general”. Y se permitió devolver la pregunta a su interlocutora, al inquirirle si cree que Cs “generan confianza cogobernando” con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, “con el apoyo de la ultraderecha”.

Arrimadas reaccionó diciendo que “hay que tener el rostro de cemento” para preguntar eso cuando el Gobierno central “gobierna con Bildu”, y luego recriminó a Iglesias que, en plena pandemia, promoviera “caceroladas atacando al jefe del Estado, animara a algaradas contra todos los gobiernos que no sean de su color político” y que “no ha parado de atacar a jueces” e intentar dar “privilegios a sus socios” independentistas condenados.

La líder de Cs puso en valor su disponibilidad a pactar las prórrogas del estado de alarma y otras medidas con el Gobierno pese a estar muy en contra de su gestión, y lo contrapuso a que Podemos pretende aprovechar “el dolor y la debilidad de España para intentar imponer su agenda sectaria, atacar al Rey y convertir España en una república bananera”. Pero le advirtió de que “la democracia española es mucho más fuerte de lo que ustedes se creen”.

Igleias aprovechó esa intervención para insistir en su mensaje habitual de que el objetivo de Ciudadanos es “hacer que el Gobierno de coalición cambie de rumbo”, algo que reconoció que es legítimo, pero respecto a lo que avisó: “En política hay que elegir”.

Y, tras dos citas del presidente francés, Emmanuel Macron, defendiendo la intervención pública en la economía y deplorando los pactos con la ultraderecha, concluyó con su recurrente intento de alejar a Cs del Ejecutivo: “Ustedes han elegido gobernar con el apoyo de la ultraderecha. El camino del Gobierno de coalición va a ser muy distinto al de ustedes”.