Laboral

La OIT prevé una situación más desfavorable de la esperada en el cuarto trimestre y que se pierdan 245 millones de empleos

- Estima que por la pérdida de horas trabajadas se han perdido ingresos equivalentes al 5,5% del PIB mundial

MADRID
SERVIMEDIA

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta que las previsiones para el cuarto trimestre del año apuntan a una situación laboral más desfavorable de la que se esperaba como consecuencia del Covid-19 y considera que se van a perder horas de trabajo equivalentes a 245 millones de empleos a tiempo completo en el mundo con arreglo al caso hipotético de referencia.

La OIT publicó este martes la sexta edición de su observatorio sobre Covid-19 y el mundo del trabajo en el que da a conocer las previsiones de este año.

En concreto, eleva su estimación de pérdida de horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020 respecto al cierre de 2019 hasta el 17,3%, que se traduce en 495 millones de empleos equivalentes a tiempo completo. Esto ha propiciado un mayor aumento de la inactividad que del desempleo. En el caso de España, apunta que la contribución a reducir el empleo de la inactividad ha sido del 92,2% y que en el segundo trimestre se perdieron un 5,7% de empleos en hombres y un 6,4% en mujeres.

De cara al tercer trimestre, pronostica que la pérdida de horas trabajadas sea del 12,1%, o 345 millones de millones de empleos equivalentes a tiempo completo.

Para el cuarto trimestre, avanza “una situación más desfavorable de la que se esperaba”. Con arreglo al caso hipotético de referencia, se prevé que la pérdida de horas de trabajo sea del 8,6%, a saber, 245 millones de empleos equivalentes a tiempo completo.

En el caso hipotético más desfavorable, la pérdida de horas de trabajo a escala mundial se estima en el 18%, 515 millones de empleos a tiempo completo equivalentes, y en el escenario más favorable, la pérdida sería del 5,7%, lo que se traduciría en 160 millones de empleos.

El informe de la OIT también apunta que las horas de trabajo perdidas han propiciado asimismo una “notable pérdida de ingresos provenientes del trabajo” y estima que, a escala mundial y a lo largo de los tres primeros trimestre de 2020, sin tener en cuenta la aplicación de medidas para sustentar esos ingresos, se eleva al 10,7% por ciento con respecto al mismo periodo de 2019, que corresponde a 3,5 billones de dólares estadounidenses (casi 3 billones de euros) y al 5,5% del PIB mundial para los tres primeros trimestres de 2019.

Esta pérdida de ingresos provenientes del trabajo es más acusada en los países de ingreso mediano, en los países de ingreso mediano bajo alcanza el 15,1% y en los países de ingreso mediano alto, el 11,4%.

Por otra parte, el informe de la OIT apunta que el 94% de los trabajadores del mundo reside en países en los que se aplica algún tipo de medida de cierre de lugares de trabajo. El cierre del todos los lugares de trabajo, excepto el de los trabajadores esenciales (la medida más restrictiva), sigue afectando a una amplia parte de la fuerza de trabajo en todo el mundo. Así, a fecha 26 de agosto, casi una tercera parte de los trabajadores de todo el mundo (el 32%) residían en países que aplicaban esa medida tan restrictiva.

Asimismo, diversas estimaciones apuntan que un aumento de los incentivos fiscales del 1% del PIB anual, en promedio, habría permitido mitigar la pérdida de horas de trabajo en 0,8 puntos porcentuales en el segundo trimestre de 2020. De no haberse aplicado ninguna medida de incentivo fiscal, dicha pérdida de horas de trabajo habría sido del 28%, en promedio.

La brecha en materia de estímulo fiscal es de alrededor de 982.000 millones de dólares (casi 840.000 millones de euros) en los países de ingreso bajo o de ingreso mediano bajo. Esa brecha es equiparable a la cantidad de recursos que dichos países necesitarían para alcanzar el mismo valor promedio de incentivo fiscal, relativo a la pérdida de horas de trabajo, que se aplica en los países de ingreso alto.

La OIT propone medidas como armonizar y planificar las intervenciones en los planos sanitario, económico y social, a la luz del reciente aumento de los casos de infección en muchos países; velar por que las intervenciones en materia de políticas se mantengan “en la justa medida y sean cada vez más eficaces y eficientes”; llenar lagunas en materia de incentivo fiscal en los países emergentes o en desarrollo; adaptar las medidas de apoyo en materia de políticas a los grupos vulnerables más afectados, entre ellos las mujeres, los jóvenes y los trabajadores del sector informal, y fomentar el diálogo social de cara a la tomad e decisiones.

(SERVIMEDIA)
23 Sep 2020
MMR/mjg