Así lo aseguró Mohamed Malick Fall, director regional para la oficina de Unicef en África Oriental y Meridional, que alertó de que están viendo una pérdida de oportunidades en el aprendizaje en la región, unida a una situación de mayor amenaza para los niños con el aumento del trabajo infantil, embarazos tempranos, matrimonio infantil y más problemas de nutrición.

La petición de Unicef para una reapertura segura de las escuelas obedece la evidencia científica que muestra que los niños no son súper propagadores de Covid-19, y son los menos afectados en la región, con solo un 2,5% de los casos atribuidos a escolares (de 5 a 18 años, según la OMS).

Según comentó Fall, el crecimiento demográfico de la población supone que “una gran fuerza laboral” puede recibir un aprendizaje de calidad en la escuela, por lo que “el potencial de aumento de la producción podría sustentar un auge económico para reducir drásticamente la pobreza en África, donde actualmente el 70% de la población de África subsahariana vive con menos de dos euros al día”.

Desde Unicef consideran que se puede reabrir las escuelas de manera segura a principios de octubre de este año. Un tercer trimestre para los estudiantes supone “la última oportunidad de recuperar las pérdidas de aprendizaje para 2020 y evitar los peligros de la deserción escolar permanente”.

“Al comienzo de esta pandemia se hicieron muchos esfuerzos para recordar todos los peligros de la COVID-19 y las precauciones necesarias”, señaló Fall. “Ahora sabemos que los peligros mayores para los niños radican en estar fuera del aula”.