Así lo dejó entrever este lunes la portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, en una rueda de prensa en la que concretó la posición del partido republicano en la tercera o cuarta pregunta que se le formuló al respecto.

Vilalta afirmó que, si Torra es finalmente inhabilitado por el Supremo, en Cataluña “no habrá presidente”, sino sólo “un gobierno que se dedicará a gestionar el día a día”, y “no será ERC quien se apropie de la represión o asuma lo que no le toca”.

Es decir, que, con la autoridad y el conocimiento que le da ser su compañera de partido, Vilalta dejó claro que Aragonès no encabezará la representación de la Generalitat en la mesa de diálogo que ERC promovió dentro de su negociación de investidura con el PSOE. De momento, la mesa sólo se ha reunido, una vez a finales de febrero, y está a expensas de que los gabinetes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el propio Torra, fijen fecha este mes si no el Supremo no consuma la inhabilitación de este último.

A la primera pregunta sobre este tema, la portavoz republicana contestó simplemente que una inhabilitación de Torra “no ayudará para nada a que la vía del diálogo y la negociación puedan dar resultados y ser útiles”, y que “tendremos que ver qué posibilidades tenemos para afrontar este ejercicio del diálogo”.

Sin embargo, a la tercera o cuarta descartó que ERC vaya a asumir el puesto de Torra en la mesa de diálogo y presentó la situación como un argumento más para defender su propuesta de convocatoria electoral inmediata, antes de que se consume la inhabilitación. “Precisamente por eso creemos que es más necesario que nunca que sea el presidente, con toda la fuerza del independentismo a su lado, quien convoque elecciones”, justificó.

ERC reclamó hoy esta posibilidad para doblegar la intención que Torra expuso el jueves, tras la vista oral en el Supremo, de que no será él quien “aboque” a Cataluña a “una carrera electoral” en pleno repunte del coronavirus. En principio, a JxCAt, el partido del presidente catalán, le interesa una fecha posterior para volver contra ERC la inhabilitación de Torra e intentar recuperar la ventaja de los republicanos en los sondeos.