Así se desprende de datos preliminares de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que muestran que la UE sigue el camino correcto para eliminar el uso de productos químicos que dañan la capa de ozono. La disminución de las emisiones en 2019 se produjo antes de los efectos de la crisis de la Covid-19 en Europa.

El inventario de gases de efecto invernadero de la AEMA muestra que las emisiones totales de la UE disminuyeron el año pasado cerca de un 4% respecto a 2018. Esta reducción sitúa las emisiones comunitarias aproximadamente un 24% por debajo de los niveles de 1990 (un 26% si se incluye al Reino Unido).

Las emisiones de la UE se han mantenido desde 2014 por debajo del objetivo de reducción del 20% para 2020 en relación a 1990.

La tendencia a la baja de las emisiones refleja crecimiento de las energías renovables en Europa y el abandono del carbón, provocado especialmente por el aumento de los precios de las emisiones de carbono.

Además, la caída de las emisiones en 2019 se produjo en un periodo de crecimiento económico y con políticas climáticas implementadas en toda la UE. "Esto demuestra que es claramente posible alcanzar objetivos de reducción más ambiciosos para 2030, allanando el camino para una UE climáticamente neutra para 2050", apunta la AEMA.

Por otro lado, un nuevo informe de la AEMA confirma que la UE está logrando sus objetivos de eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono en virtud del Protocolo de Montreal. Los nuevos datos muestran que, por séptimo año consecutivo, la Unión Europea destruyó o exportó el año pasado más sustancias de ese tipo de las que produjo o importó.