El objetivo de esta investigación, de TEVA Pharmaceuticals es empoderar a los pacientes con migraña que ascienden a más de 136 millones sólo en Europa, revelando el impacto de esta enfermedad en casi todos los aspectos de sus vidas y subrayando la importante carga que supone para sus familiares.

Uno de sus resultados más reveladores es el efecto que la migraña tiene en la vida de los hijos de los pacientes, aún más profundo en el caso de la migraña crónica. De hecho, seis de cada diez padres con esta patología afirmaron tener alterada su capacidad de proporcionar apoyo paterno incondicional a sus hijos.

Uno de cada cinco padres informaron de que se pierde los eventos escolares importantes de sus hijos debido a la migraña y uno de cada tres indicaron que su migraña impacta en las relaciones sociales de sus hijos con sus amigos.

Otras áreas mencionadas por los padres encuestados incluyeron el efecto de la migraña en la felicidad general de su hijo y la menor capacidad para vivir una vida despreocupada. Los padres también señalaron el impacto negativo en el trabajo escolar de sus hijos y en la capacidad de mantener relaciones sociales con otros niños.

ÁREA SOCIAL Y LABORAL

Más de la mitad de los padres con migraña afirmaron que, aparte de ellos mismos, sus hijos son los más afectados por la migraña y casi un tercio dijo que sus hijos les proporcionan el mayor apoyo, resultados que ponen de relieve la presión a la que se enfrentan los niños de los pacientes con migraña.

Los datos del estudio revelaron, además, que el 93% de los encuestados señalaron que la migraña ha afectado de forma negativa a su calidad de vida.

Asimismo, el 58% de los encuestados se siente exhausto, el 51% de las personas con migraña está frustrado y el 39% de las personas con migraña se siente deprimido.

La migraña es la tercera enfermedad más común en el mundo, más frecuente que la diabetes, la epilepsia y el asma juntas. Esta patología neurológica afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres, y alcanza su punto máximo en ambos sexos a partir de los 25-55 años de edad, es decir, durante los años más productivos de la edad adulta.