El programa de metadona es el más importante de cuantas acciones desarrolla Instituciones Penitenciarias en las cárceles españolas, en el marco de los programas de prevención, desintoxicación, deshabituacióny reincorporación social, que afectaron el año pasado al 54,2 por ciento de la población reclusa.

En la actualidad, para hacer frente a la estrecha relación entre el consumo de estupefacientes y la enfermedad del sida, Instituciones Penitenciarias está desarrollando una experiencia piloto de intercambio de jeringuillas en la cárcel de Basauri (Vizcaya) como alternativa para drogodependientes que no admiten su inclusión en programas de tratamiento de metadona.

De acuerdo con un informe del Ministeio del Interior, más de la mitad de los drogadictos que ingresan en prisión comenzó a consumir heroína y/o cocaína antes de los 19 años y la mayoría tiene historia de consumo de más de 10 años.

Su situación personal, orgánica y social está muy deteriorada, con patologías asociadas (VIH, sida, tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual, principalmente), con escasos conocimientos sobre los riesgos de enfermar, transtornos en el desarrollo de la personalidad y escasa cualificación laboral, entre oras carencias.