Así lo precisó este martes la organización a través de un comunicado, en el que añadió que tras la explosión pudo ofrecer respuesta inmediata mediante la distribución de artículos de ayuda que había en stock y trabajó para proporcionar equipos de protección personal y material para apoyar la atención psicosocial a los niños afectados y tiene prevista la llegada de más ayuda en los próximos días y semanas.

A este respecto, la representante de la organización en Líbano, Yukie Mokuo, agregó cómo “antes de que el polvo lo cubriera todo, los equipos de Unicef estaban trabajando para garantizar que los suministros humanitarios que se necesitaban urgentemente llegaran a los niños y familias afectadas lo antes posible”.

“Asegurar que las familias tienen cubiertas sus necesidades básicas les permitirá empezar a reconstruir sus vidas y mirar hacia el futuro”, sentenció la responsable en este país de una organización que a medida que avanza la pandemia ha podido distribuir equipos de protección y kits de diagnóstico por valor de 3,5 millones de dólares.

COMUNIDAD INTERNACIONAL

A juicio de Mokuo, el apoyo de donantes y socios “ha sido absolutamente crítico, pero aún se necesita mucho más”. "Ahora es el momento de que la comunidad internacional apoye al pueblo del Líbano y se asegure de que reciba la ayuda y la asistencia necesarias”, apostilló.

Los últimos suministros humanitarios en ser enviados se entregaron con la asistencia de las Operaciones Europeas de Protección Civil y Ayuda Humanitaria (ECHO) de la Unión Europea y el Gobierno de Bélgica y mediante una donación de la Fundación Sanofi.

Unicef ha hecho un llamamiento por valor de más de 40,2 millones de euros para responder a las necesidades urgentes de las familias y los niños en los próximos tres meses con los objetivos de mantener a los niños a salvo; rehabilitar los servicios esenciales básicos y dotar a los adolescentes y jóvenes de las habilidades que necesitan para formar parte de la reconstrucción de su país.