Sánchez hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa tras celebrar por la mañana la primera reunión del Consejo de Ministros tras sus vacaciones veraniegas y precisamente tuvo que referirse a ellas al ser preguntado por los periodistas sobre los reproches que ha recibido mientras estaba en Lanzarote y Doñana.

El jefe del Ejecutivo restó trascendencia a las polémicas sobre sus 16 días de descanso estival, que comenzaron el 5 de agosto al llegar al Palacio de La Mareta de Lanzarote, que el rey Hussein de Jordania regaló a Juan Carlos I en 1989, y que, posteriormente, continuaron en el Palacio de Las Marismillas de Doñana. Ambas residencias son propiedad de Patrimonio Nacional.

Sánchez contestó que “a veces” tiene la sensación de que los demás partidos le critican “más que sea presidente” que el hecho en sí de que se vaya “unos días” de vacaciones para descansar junto a su familia. Recordó que durante las más de dos semanas que ha estado fuera de La Moncloa ha celebrado una reunión extraordinaria del Consejo Europeo sobre Bielorrusia, una conferencia internacional de apoyo a Líbano tras la explosión del puerto de Beirut, un despacho con el jefe del Estado en Palma de Mallorca, dos reuniones del Comité de Seguimiento de la Covid-19 y sendos despachos con los presidentes de Baleares y de Canarias al llegar a sus comunidades en plenas vacaciones.