Así se pronunció la jefa de la diplomacia española, en una entrevista en Onda Cero recogida por Servimedia, acerca del refuerzo de los controles que determinados países están tomando hacia los viajeros procedentes de España y de las recomendaciones que otros estados formulan a sus ciudadanos para que no se desplacen a suelo español.

La ministra eludió entrar en polémicas con estos países y se limitó a decir que cada gobierno toma las medidas que considera oportunas. No obstante, conminó a no considerar esta situación como “un juego contra España”, poniendo como ejemplo de ello que Francia y Reino Unido han establecido cuarentenas recíprocas para los viajeros que regresan de uno u otro país o que Italia exige pruebas PCR a personas procedentes de Grecia.

En el caso español, invitó al resto de países de la UE que entienda que no todo el país está sometido “a la misma tensión de casos” y les reclamó “granularidad” a la hora de actuar, para lo cual les instó a centrar su atención en el número de PCR realizadas y en la cifra de hospitalizados y de ingresados en ucis.

“Esto tiene que ser lo importante: insistir en la importancia de mantener la calma, generar confianza, compartir información y no caer en el recurso fácil de cerrar la frontera”, adujo.

Por su parte, la ministra quiso dejar claro que la aparición de rebrotes no debe plantearse en términos de “ranking”, sino estudiando seriamente si España cumple con su obligación de hacer test PCR y de rastrear a los contagios de las personas contagiadas para no cargar al sistema sanitario.

A pesar de ello, reconoció que “no nos podemos sentir satisfechos con el aumento de los contagios”, pero reiteró la importancia de “ser conscientes del gran esfuerzo de identificación” de personas infectadas para “evitar que se conviertan en un gran problema sanitario”, como lo fueron en el pasado.

La ministra aseguró que en España “hemos aprendido la lección” y se está haciendo un esfuerzo considerable para conocer la incidencia de la enfermedad en el país, como lo evidencia el hecho de que más del 50% de los nuevos contagios detectados son asintomáticos.

González Laya también explicó que cada país está trabajando para identificar las causas del aumento de los contagios y expuso que, mientras Alemania achaca sus rebrotes a casos importados de otras latitudes, en España están vinculados con el ocio nocturno, las reuniones familiares y las actividades de los trabajadores temporeros.

Por ello, consideró esencial “identificar el origen” de los nuevos casos y “tomar medidas para mantenerlos a raya”.

Por otro lado, la ministra comentó que el impacto de la pandemia sobre el turismo no es un “problema único” que afecte a España y puso como ejemplo de ello que las reservas hoteleras de los países que ha visitado recientemente –República Dominicana, Grecia y Turquía- están por debajo del 10%.

Esto le sirvió para adelantar que, en el momento en que la pandemia esté estabilizada en el mundo, España trabajará junto con otros países y los actores implicados para impulsar un plan que permita recuperar un sector “tan importante para la economía española”.

Por último, la ministra se refirió a las últimas declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha afirmado que a su país le ha ido mejor que a España ante la pandemia.

Lo hizo sin querer entrar en polémicas, aunque deslizó que “a cada ciudadano le preocupa lo que su Gobierno hace para protegerle”, por lo que juzgó estas comparaciones como inútiles para los mexicanos.

“Si yo lo hiciera al contrario, al ciudadano español no le consolaría mucho oírme decir que lo estoy haciendo mejor que el gobierno de un país vecino”, concluyó.