El comportamiento electoral de los españoles empieza a semejarse al del año 2000

- Estudios de la Fundación Alternativas ven semejanzas pero no prevén una victoria del PP tan abultada como indican las encuestas

MADRID
SERVIMEDIA

El comportamiento electoral de los españoles empieza a tener elementos comunes con el que se observaba antes de las elecciones generales de 2000, aunque eso no significa necesariamente que apunte a una victoria del PP, ni mucho menos que vaya a ser, como entonces, por mayoría absoluta.

Esta es una de las conclusiones que arrojan varios estudios de la Fundación Alternativas, próxima al PSOE y cuyo servicio de estudios está dirigido por Belén Barreiro, exdirectora del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

“El significado y el contenido del centro ideológico en España”, “Quienes son y cómo votan los españoles `de izquierdas´?” y “Valores y políticas que distinguen a los ciudadanos de derecha de los de izquierda”, son los estudios presentados, respectivamente, por Mariano Torcal, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra; Irene Martín y Guillermo Cordero, profesora e investigador del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid; y Francisco Herreros, científico titular del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC.

Los estudios están basados en el análisis de series históricas del CIS y de otros barómetros e indican, por ejemplo, que siempre ha ganado las elecciones generales quien ha concitado el mayor respaldo de los ciudadanos que se sitúan en la media de la escala entre las posiciones más de izquierdas y más de derechas, es decir, en el cinco entre el uno y el diez, los ciudadanos “de centro”.

Esa posición empieza a estar dominada por quienes dicen que votarán al PP, que además demuestran en las series una fidelidad de voto mucho mayor que los de izquierdas.

El análisis de esas series históricas demuestra que en España las posiciones de centro no son reducto de la falta de conocimiento o de significación, sino que son “genuinas de centro”, intermedias, que contienen a los perfiles sociales y valorativos del votante medio español.

Tradicionalmente se define “de centro” a quienes en esa escala de uno a diez entre la extrema izquierda y la extrema derecha, se sitúan en el cinco y en el seis, pero estos estudios matizan esas dos posiciones y concluyen que en la posición seis hay un claro dominio del PP con posiciones más conservadoras en aspectos como la religión, y el auténtico centro está en el cinco, y es ahí donde se da la mayor disputa entre los dos grandes partidos.

Los estudios corroboran la tesis de que España es un país mayoritariamente “de centro izquierda” con posiciones más a la izquierda que la media de la Unión Europea, pero echan por tierra algunos mitos sobre las diferencias entre esas dos posiciones.

Así, reflejan que esas diferencias no se observan tanto en aspectos como la defensa de la igualdad o el papel del Estado en la economía o en la redistribución de la riqueza, sino en actitudes religiosas o morales, incluido el aborto o los derechos de los homosexuales, y ante la estructura territorial.

Un aspecto que diferencia claramente a los ciudadanos de izquierdas de los de centro y los de derechas es la solución al terrorismo, más proclive al diálogo y a la negociación cuanto más a la izquierda. En cambio, apenas hay diferencia cuando se trata de cómo solucionar la inmigración ilegal y qué hacer con los inmigrantes sin papeles que están en España.

En términos generales, las posiciones de los españoles que se definen “de centro” se parecen a las de izquierdas en aspectos religiosos o morales, y a las de derechas en las territoriales, aunque en ese punto hay diferencias si el estudio es de ámbito estatal o se diferencia por comunidades autónomas.

En función de todo ello, los estudios reflejan que el PSOE ha perdido cerca de un 20% del voto de la extrema izquierda que no recoge ningún otro partido y que pueden estar, por tanto, en la indecisión, igual que cerca del 25% de los de centro izquierda que le apoyaron en 2008.

El análisis de la evolución de la composición del voto socialista refleja que es homogénea desde 2004 a pesar de que ha caído, lo cual indica que la pérdida de respaldo es general desde todos los ámbitos, aunque más abultada entre quienes se definen “de centro”.

Como ocurrió en el año 2000 de forma excepcional en relación a las series históricas, ese voto de centro empieza a estar dominado por el PP, pero los expertos alertan de varios factores que llevan a cuestionar las grandes brechas que indican las encuestas.

En primer lugar indican que es casi “sociológicamente imposible” esa ventaja dado el posicionamiento ideológico de los españoles, y recuerdan que ni siquiera en el año 2000 las urnas registraron esa brecha, y además alertan de que el líder de la oposición no supera la valoración del presidente del Gobierno, algo que siempre suele acompañar los cambios electorales.

Junto a eso, apuntan a que los estudios se siguen haciendo sobre la base de un voto oculto favorable al PP mayor al favorable al PSOE, y dado el tiempo transcurrido desde la primera victoria de Rodríguez Zapatero y las actuales circunstancias, cuestionan que esa premisa siga siendo válida.

Además, el doctor en Sociología Ignacio Urquizu apunta a que en situaciones de crisis los ciudadanos tienden a votar “en futuro” por las perspectivas que perciben, y esos indicadores empiezan a reflejar una recuperación de la valoración del Gobierno.

En todo caso, creen que, como en 2000, los sondeos indican ahora una elevada abstención que castigaría sobre todo al PSOE, y también como entonces, un dominio del PP en las posiciones de centro, que podría materializarse en una ventaja de unos seis puntos.

Unos la consideran recuperable para el PSOE y otros no, en función de la evolución de los acontecimientos en lo que queda de legislatura y de los mensajes que cada partido sea capaz de lanzar para movilizar a su electorado natural y sumar votantes de ese disputado “centro”.

(SERVIMEDIA)
16 Feb 2011
CLC/gja