Se trata de una reserva efectuada en el segundo trimestre del año con cargo a su solvencia y, según detalló este miércoles el consejero delegado del grupo, José Antonio Álvarez, la intención es ir ampliándola en función del desempeño de los próximos trimestres.

Su construcción está pensada para entregar en efectivo y ya en el 2021, cuando confía que el Banco Central Europeo (BCE) permita remunerar al accionista o, al menos, en su veto discrimine entre entidades financieras y su capacidad para conservar la solvencia a la vez que remuneran al inversor.

“Espero que haya una mayor discriminación en función de la situación de capital de las entidades y de su capacidad para generar resultados. No puede ser café para todos”, sostuvo. Álvarez aseguró que, “desde el punto de vista prudencial, es entendible la aproximación del BCE” ante una crisis de consecuencias tan inciertas con un impacto “difícil de presagiar” y, sobre todo, cuando se tomó el 20 de marzo con la actividad parada y en pleno confinamiento.

Precisamente por eso justificó que el Santander haya decidido pagar ahora un dividendo de 0,10 euros por acción en acciones no en efectivo y con cargo al beneficio del 2019, ya que está en desventaja frente a otras entidades que sí han podido retribuir a sus accionistas por las cuentas del pasado año ya que habían pagado el cupón antes del veto del BCE o lo tenían aprobado.

Según detalló, su entrega es posible porque se ajusta precisamente a las consignas del BCE que ha impedido el abono en efectivo por lo que lo realizará con entrega de acciones. La intención del Consejo de Administración del Santander es abonar el correspondiente al 2020 ya en metálico y para eso está empezando a acopiar hucha con cargo a su solvencia. Su entrega, en cualquier caso, dejó claro que será siempre que así lo permitan las autoridades supervisoras.

Aunque se mostró comprensivo con la decisión inicial del supervisor, Álvarez se quejó del perjuicio que representa para los bancos frente al resto de cotizadas, ya que al no poder pagar dividendos “nuestro coste de capital sube y esa subida hace que las cotizaciones bajen” porque se subordina a la situación general de la economía no a la situación específica y capacidades de cada entidad. “Y esto nos preocupa”, afirmó.

El banquero descartó que el pago de dividendo sea incompatible con los ‘números rojos’ e indicó que su política de remuneración o ‘pay out’ se basa en el beneficio subyacente, que en el primer semestre ha sido de casi 2.000 millones de euros. “Pensamos seguir generando beneficio trimestre a trimestre y sobre ese resultado pensamos que podríamos pagar dividendo con cargo al ejercicio 2020”, zanjó.