Sector financiero

El Santander se excluye de fusiones y asume que cerrará el 2020 con sus primeras pérdidas

MADRID
SERVIMEDIA

El Santander está centrado en “ejecutar” su estrategia y acelerar la transformación del grupo sin que las fusiones formen parte de su agenda en un ejercicio donde ya asume que acusará las primeras pérdidas de su historia después de haber tenido que destinar más de 12.600 millones de euros a sanear inversiones ante la crisis desatada por el Covid-19.

“En Santander no estamos en eso ahora”, afirmó su consejero delegado, José Antonio Álvarez, este miércoles durante la presentación de resultados y al preguntarle el rol que jugará el grupo cántabro ante las potenciales integraciones que pueden desatarse en España y en Europa para mejorar una rentabilidad que la crisis ha venido a estrechar aún más.

“No es nuestra prioridad ahora”, precisó el banquero, recordando que el Santander no se embarca además en operaciones si no garantizan “mejores beneficios por acción” y la operación rinde además “por encima del 'return on equity'”

Su foco, dijo, es gestionar los negocios y unidades del grupo y “transformarlos” para alcanzar los máximos niveles de eficacia y eficiencia “usando nuestra escala y además las posibilidades de integración y gestión que tenemos”, y “permanecer” al tiempo como “líder” en los mercados donde opera.

En base a ese objetivo el banco se impuso conseguir ahorros de 1.000 millones de euros en las unidades de Europa (España, Reino Unido, Polonia y Santander Consumer) en tres años y subrayó que van por delante del plan, ya que en el primer semestre de este ejercicio ya han economizado 300 millones.

El grupo Santander encajó en el primer semestre del año las primeras pérdidas de su historia, por valor de 10.798 millones de euros tras destinar 12.600 millones a sanear los fondos de comercio de sus inversiones históricas en Reino Unido, EEUU, Polonia y Santander Consumer Finance, así como los activos fiscales diferidos (DTAs).

Son provisiones que realiza al rebajarse la expectativa de negocio y beneficio en dichas geografías ante el deterioro de las perspectivas económicas a raíz del Covid-19. A esa suma hay que añadir otros 7.000 millones acopiados en provisiones para riesgos, como son los potenciales aumentos de la morosidad en el crédito también por la pandemia.

Álvarez quiso poner en valor el beneficio ordinario de 1.908 millones, que no recoge el impacto por los deterioros en fondos de comercios ni DTAs aunque sí las provisiones frente a repuntes de la mora. Cae precisamente un 53% interanual por dichas provisiones, pero el ejecutivo defendió que “tiene mucho mérito” generar “cerca de 2.000 millones de beneficio neto” en un escenario como el actual, de crisis generalizada en todo el mundo por una insólita interrupción de la actividad y negocios.

Sin embargo, admitió que la cifra última de la cuenta será en ‘números rojos’ por primera vez en la historia del Santander a fin de año, aunque el banco sea capaz de repetir esos 2.000 millones o incluso más en la segunda parte del año. “Contablemente, ahora estamos en -10.800 millones y en los próximos meses no espero generar beneficios de esa magnitud, de ese monto, por lo tanto contablemente habrá pérdidas”, concedió.

Álvarez aseguró que no se repetirá el impacto de saneamientos en inversiones históricas o fondos de comercio, que ya da por completamente ajustado, y mostró su confianza sobre el desarrollo futuro de la actividad. “Ha sido un trimestre atípico”, explicó, apuntando que más allá de esas cargas “la evolución es muy buena” en negocio -el crédito y los depósitos crecieron un 6% y un 9% en el primer semestre, respectivamente-, y el banco ha reforzado su solvencia y la calidad de sus activos.

De forma específica subrayó la capacidad para elevar el ratio de capital más exigente CET1 fully loaded desde el 11,58 en el 11,84% y situarlo en la horquilla objetivo para el banco del 11-12%, cuando en entornos de crisis como los actuales “hay temor de que se pueda destruir capital”.

(SERVIMEDIA)
29 Jul 2020
ECR/mjg