Según informa REE a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la caída se explica por el recorte a la retribución aplicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la competencia (CNMC), además de por el incremento superior al 10% experimentado por las amortizaciones por la incorporación de Hispasat y también una mayor carga financiera, consecuencia del aumento experimentado por la deuda.

En cuanto al Covid-19, indica que su actividad en estos primeros seis meses del año, tanto en España como en los países en los que tiene presencia el Grupo, ha venido marcada en gran medida por la pandemia.

A este respecto, destaca que gracias a las medidas implantadas, a los esfuerzos que ya se habían realizado en los últimos años para la adaptación a las nuevas formas de trabajo y al contar con equipos altamente cualificados se han podido minimizar los efectos de la pandemia a nivel operativo; aunque algunas partidas, como las relacionadas con la construcción de nuevas infraestructuras en España y en Latinoamérica han sufrido retrasos temporales por la paralización total o parcial de las actividades económicas impuestas por las autoridades.

Sin embargo, REE espera que los niveles de inversión previstos inicialmente se recuperen parcialmente en los últimos meses del año.

Además, señala que la complejidad derivada de la crisis sanitaria, hace que no se puedan conocer con exactitud todas las consecuencias derivadas de la misma sobre las actividades del Grupo y el valor de sus activos. Sus efectos dependerán en gran medida del plazo temporal para la erradicación definitiva de la pandemia, así como de la capacidad de salida de esta y de la recuperación de la actividad económica global a la situación previa a esta crisis.

Sobre el impacto en el sector eléctrico español, apunta que la demanda de electricidad ha caído en estos primeros meses del año un 8% respecto al año anterior, habiendo retrocedido un 13,3% en el periodo del estado de alarma, entre el 15 de marzo y el 21 de junio.

Por su parte, la cifra de negocio alcanzó los 977,9 millones de euros, un 1,5% inferior a la alcanzada en el primer semestre de 2019 por la aplicación de los nuevos parámetros retributivos contenidos en las circulares aprobadas por la CNMC.

REE destaca el comportamiento positivo experimentado por la actividad de la operación del sistema, la incorporación en este primer semestre por primera vez de Hispasat, con ingresos de 79,2 millones de euros, y la buena marcha de la actividad relacionada con la comercialización de la fibra óptica y al negocio internacional, que recoge un trimestre completo de la brasileña Argo.

Esta caída se trasladó al beneficio bruto de explotación (Ebitda) del grupo que ha sido de 766,2 millones de euros, con lo que retrocedió el 1,7% frente al de los primeros seis meses de 2019.

Las inversiones de REE en este semestre alcanzaron los 567,3 millones de euros, más del doble que las realizadas el año pasado, que fueron de 166,1 millones.

Al cierre del semestre, la deuda financiera de REE era de 6.174,2 millones, lo que supone un incremento del 3,8% con respecto a los 6.038,1 millones al término de 2019.