Son algunas de las conclusiones de un estudio elaborado por Antonio Núñez, senior Partner en Parangon Partners, y el socio de la misma firma de recursos humanos Javier García-Prieto tras efectuar encuestas a 745 directivos a fin de conocer el rol en la empresa de los directores corporativos de personas y los retos que encaran.

En el informe revela que solo 28 de estos profesionales están actualmente en los Consejos de las compañías del Fortune 1.000, pese a que muchos miembros del Consejo carecen de experiencia en sucesión y desarrollo ejecutivo y confían en las habilidades de dichos responsables para aportar su experiencia al proceso de sucesión del consejero delegado.

“Ahí es donde el director corporativo de personas puede agregar un gran valor”, sostiene el estudio, que augura que los Comités de Dirección serán cada vez “más líquidos, con miembros permanentes y no permanentes y con unas normas de funcionamiento muy flexibles”, con formatos distintos en función del contenido y del tipo de decisiones que tomen.

Ante la pregunta de si las empresas cuentan con el equipo directivo idóneo para encarar la crisis, la mayoría asegura que sí, pero apunta a que podría acometer algunos cambios y mejoras. Muchos aseguran que abordarán la evaluación y plan de mejora de sus equipos, algo que el 29% desvela no haber acometido en los últimos años.

Otros destacan la importancia de buscar talento externo o preparar un plan de sucesión, después de que uno de cada tres consejeros ejecutivos desconozca quién les sucederá. Un 25% de las empresas consultadas confiesa además que no tiene plan de formación directiva, algo que también surge entre los retos que identifican ahora.

El estudio resuelve que la crisis cambiará la importancia de esta figura directiva, ya que el consejero delegado continuará siendo “el garante de la estrategia, la motivación y la cultura de la empresa, pero no podrá hacerlo solo”. Según sus autores, cobrará relieve un “triunvirato” formado por el director corporativo de personas, el consejero delegado y el responsable financiero para liderar y ejecutar la estrategia comercial.

A raíz de la crisis encara además nuevos desafíos, siendo el primero y más importante garantizar la salud y la seguridad de los empleados, algo que identifican un 79% de los directivos encuestados. Otro 49% apunta como principal rol del director de personal apoyar al consejero delegado en la revisión del plan estratégico y los planes de negocio.

Otro 41% refiere la necesidad de adaptar la organización a las nuevas formas de trabajo y al nuevo tamaño de la empresa, y el 29% habla además de colaborar en la elaboración de un plan de comunicación interna “para visibilizar la importancia de la colaboración y generosidad del equipo en esta crisis”, mientras que un 23% habla de planes de contingencia o anticiparse a la evolución posible de las circunstancias para preparar la reacciones y previsiones necesarias.

Los directivos consultados estiman que la crisis tendrá unos efectos a corto plazo de 12 meses y una duración a medio plazo de dos años. Bajo este escenario para el 65% de los directivos el principal reto que encaran los responsables corporativos de personas es colaborar con el consejero delegado en asegurar la implementación de la estrategia corporativa.

Otro 65% apunta la necesidad de establecer proactivamente e implementar un plan de recursos humanos para los próximos meses con objetivos y decisiones dependiendo del desarrollo de los acontecimientos y el 44% menciona la necesidad de involucrar a la gente para superar los desafíos, así como integrar y unir a las personas, siendo una referencia positiva en un momento de incertidumbre y ansiedad.