El comunicado en que convoca esta movilización, titulado "puente hacia la paz", interpreta que "la sociedad vasca nunca ha percibido la paz tan cerca como ahora" y que, a pesar del "razonable escepticismo ocasionado por tantas otras esperanzas truncadas con antelación", se puede afirmar que "la percepción actual es diferente".

Según Lokarri, esa perspectiva apunta "al fin de la violencia de ETA, así como a la necesaria superación de cualquier vulneración de derechos humanos, civiles y políticos". Aunque admite que el comunicado del 10 de enero no anunciaba ese fin de la violencia, cree que "abre una vía a la esperanza, atendiendo al contexto en que tiene lugar" y lo juzga "un cambio de primera magnitud".

Igualmente, cree que "no es posible rehuir ni negar la importancia" de la fundación de Sortu, el nuevo partido de la izquierda abertzale que rechaza explícitamente a ETA en sus estatutos, y ve "necesario ofrecerle amparo y posibilidad de desarrollo". En concreto, añade, "es necesaria su legalización, como parte inseparable del logro de este objetivo".