Con motivo del Día Mundial a favor de las Víctimas de la tortura hoy 26 de junio, destacaron además que los supervivientes de tortura corren un riesgo mayor de contraer la enfermedad porque "son más vulnerables". Lo mismo les sucede a quienes viven en prisiones, donde resulta muy difícil mantener la distancia social y las medidas de higiene.

A mediados de junio de 2020, más de 78.000 personas presas habían contraído el coronavirus en 79 países y al menos 1.100 de ellas habían muerto a causa de este nuevo virus en las prisiones de 35 Estados.

En muchas regiones del mundo, se ha recurrido a un uso excesivo de la fuerza para hacer cumplir toques de queda y normas de distanciamiento social, algo que para los expertos "podría constituir tortura o trato inhumano o degradante".

Además, subrayaron la necesidad de que mecanismos independientes supervisen las condiciones materiales en que vive la población reclusa y defendieron la vigilancia del uso de la fuerza por parte de los funcionarios púbicos.

El presidente del subcomité para la Prevención de la Tortura, Malcolm Evans, instó a los Estados a garantizar el acceso a todos los lugares de detención; a reducir la población carcelaria recurriendo a alternativas a la detención preventiva y al encarcelamiento con medidas existentes no privativas de la libertad; y a poner fin a la detención de inmigrantes y a los campos de refugiados cerrados.

Por su parte, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura, Nils Melzer, subrayó la importancia de la vigilancia.“Los gobiernos deben respetar la prohibición de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes en todo momento, incluso durante los estados de emergencia instaurados por la pandemia", declaró.

"Las medidas de protección, incluidos los confinamientos y los toques de queda, no pueden justificar en ningún caso el uso excesivo de la fuerza y la coacción. Todas las denuncias de tortura o malos tratos deben ser investigadas a fondo”, reclamó.

La presidenta de la Junta de Síndicos del Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, Vivienne Nathanson, señaló además que estas personas corren mayor riesgo de sufrir nuevos traumas a causa de la crisis del Covid-19, ya que padecen problemas físicos, sociales, económicos y de salud mental. "También pueden carecer de las condiciones de vida que les permitan protegerse de la propagación del virus", agregó.

Finalmente, los expertos destacaron que la pandemia de Covid-19 no debe utilizarse por los gobiernos para evitar el cumplimiento de la obligación de erradicar todas las formas de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.