Así consta en los datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a los que tuvo acceso Servimedia. Este año está siendo el cuarto mejor de la última década, sólo por detrás de 2016 (4.747,34 hectáreas), 2013 (8.703,10) y 2018 (9.267,00). Los peores son 2012 (69.955,17), 2017 (46.415,17) y 2019 (38.036,47).

De las hectáreas arrasadas entre enero y mayo de este año, que abarcan un 0,055% del territorio nacional, un total de 1.884,10 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 11.731,75 hectáreas de matorral y monte abierto, y 1.716,06 de superficie arbolada.

Entre el 1 de enero y el 14 de junio de este año se produjeron 2.743 siniestros, de los que 1.219 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 1.524 conatos (con menos de una hectárea quemada).

ZONAS GEOGRÁFICAS

El noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró el 62,96% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores peninsulares (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 25,19%; el área mediterránea, con un 11,16%, y Canarias, con un 0,69%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 82,49% pertenece al noroeste; un 8,65% a las comunidades interiores; un 6,27% a Canarias, y un 2,59% al área mediterránea.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo en el noroeste (81,12%), por delante de las comunidades interiores (14,53%) y la zona mediterránea (4,35%).