La organización ecologista indicó que las medidas económicas incluyen rebajas fiscales, desgravaciones en los impuestos de hidrocarburos o cambios regulatorios, por lo que exigió a los mandatarios estatales, que este viernes se reunirán en el Consejo Europeo, que se aseguren de que todas las ayudas y fondos tras la crisis del Covid-19 sean utilizados "exclusivamente para una recuperación justa y verde".

Los cuatro billones de euros en programas de ayuda incluyen tanto los 3,4 billones de los paquetes de recuperación anteriores como el nuevo instrumento de recuperación de la UE -dotado de 750.000 millones- y seguirán aumentando conforme se aprueben los proyectos nacionales, según Greenpeace.

Sin embargo, Greenpeace recalcó que esos proyectos carecen de "condiciones serias y vinculantes en materia climática y no se garantiza que estén alineados con el Acuerdo de París", en tanto que "grandes cantidades de fondos movilizados por el Banco Central Europeo (BCE) tampoco se acompañan de condiciones ambientales".

"COLADERO"

Para esta organización, esa falta de requisitos ambientales supone un “coladero” para que las industrias fósiles reciban ayudas públicas de múltiples formas. El sector de la aviación es un ejemplo, con 33.000 millones de euros en inversiones estatales, de los que destaca el rescate de Lufthansa, con 9.000 millones de euros por parte del Gobierno alemán.

La investigación de Greenpeace ha descubierto vías menos evidentes a través de las que las industrias contaminantes se aprovechan de las ayudas tras el Covid-19. El informe diferencia cuatro tipos de ayudas económicas para esto sectores: rebajas de impuestos; medidas fiscales no impositivas, como préstamos o avales públicos; medidas monetarias, como la compra de deuda, y otros cambios regulatorios y legislativos.

"En España, el Estado ha avalado los préstamos a las aerolíneas sin ningún tipo de condición ambiental y ha aprobado seguir subvencionando automóviles de combustión, una decisión que además de ir contra el medio ambiente condena a la industria del automóvil a mantener tecnologías obsoletas", señaló Adrián Fernández, responsable de Movilidad de Greenpeace, quien añadió: "Tanto si esto sucede de forma casual como intencionada, los Gobiernos no deben emplear el dinero público para nada que no sea una transición social y ambientalmente justa".

COMISIÓN DE SEGUIMIENTO

Greenpeace propuso crear una comisión de seguimiento en la UE para evaluar todas las ayudas de la Comisión Europea y los Estados miembro, con medidas como excluir los rescates a los combustibles fósiles e introducir condiciones climáticas a los rescates de aerolíneas o fabricantes de automóviles, y excluir los combustibles fósiles y las economías basadas en carbono de los préstamos públicos, tipos de interés favorables, avales y beneficios fiscales.

Excluir a estos sectores de los programas de compra de activos, no rebajar la normativa ambiental con la excusa de impulsar las inversiones y asegurar la transparencia en los paquetes de ayuda al Covid-19 y vigilar posibles inversiones en economías fósiles son otras peticiones.

Greenpeace también pidió que las medidas de recuperación se destinen a proteger a las personas y salvaguarden los derechos fundamentales. "Es hora de darle la vuelta al sistema con propuestas transformadoras. La salida a esta situación socieconómica tan dura puede ser una oportunidad para acometer cambios estructurales de calado que impulsen y fortalezcan al país, sobre todo para afrontar una crisis climática que ya ha avisado de sus devastadores efectos", concluyó Fernández.