Según informó este miércoles la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la investigación comenzó el pasado mes de noviembre cuando los agentes tuvieron constancia, a través de varias denuncias, de la posible existencia de una banda delictiva dedicada a robos con fuerza en establecimientos, especialmente en joyerías, de distintas localidades de la región.

Los agentes lograron identificar a los posibles autores y comprobaron que era un grupo perfectamente estructurado y que siempre cometía los robos de madrugada. En cada "golpe", los arrestados se repartían una tarea en función de su grado de especialización, de manera que uno era el encargado de conducir; otro, del material técnico, y tres, de las tareas de vigilancia e información sobre los posibles objetivos a asaltar.

Penetraban en el interior de los establecimientos practicando "butrones" (agujero en la pared o techo), y una vez en el interior forzaban las cajas fuertes o de seguridad. Siempre inutilizaban los sistemas de alarma y protección, para lo que contaban con la preparación y especialización de uno de los miembros de la banda, experto en el manejo de inhibidores de frecuencia y el uso de transmisores portátiles.

Los agentes establecieron los correspondientes dispositivos de vigilancia de los cinco miembros de la banda, pero su seguimiento fue complicado, según la policía, debido a su grado de especialización, movilidad continua y a las medidas de seguridad que seguían los ahora arrestados.

Hace unos días la operación dio sus frutos y los cinco miembros de la organización fueron detenidos cuando procedían a abandonar sus domicilios. En el vehículo de uno de los detenidos se intervinieron varios pares de guantes, gorros, pasamontañas, linternas, destornilladores, una llave hexagonal, un pico, una cizalla, alicates, tenazas, una bombona de oxígeno comprimido con reguladores y dispositivo de lanza térmica, "walkie-talkies" y dos inhibidores de señal de cuatro antenas con baterías.