Rubalcaba hizo estas declaraciones en el Congreso de los Diputados durante una cuestión en la sesión de control del parlamentario del Partido Popular Ignacio Gil Lázaro, quien interrogó al ministro por enésima vez sobre el trasfondo político del "caso Faisán".

Rubalcaba se mostró visiblemente hastiado de que los populares le pregunten semana tras semana sobre el asunto del chivatazo a ETA que en el año 2006 frustró una operación policial contra el entramado de extorsión de la banda terrorista.

Aseguró que el PP insiste en esta estrategia porque pretende "poner sordina" a la lucha antiterrorista que lleva a cabo el Gobierno, "porque en el fondo no le gusta lo que está pasando".

Entonces, sentenció que "estamos ante el principio del fin de ETA, esta semana mejor que la anterior y la semana que viene, todavía mejor". "Y se lo recordaré una y otra vez en esta Cámara".

La contundencia y el tono empleados por el vicepresidente, al que el barómetro del CIS difundido ayer sitúa como el único ministro del Gobierno que recibe un aprobado ciudadano, provocó que los diputados socialistas le rindieran una grandísima ovación durante más de un minuto.

Las caras en las filas del Grupo Parlamentario Socialista eran de alegría y máxima satisfacción tras comprobar cómo Rubalcaba se había revuelto ante una pregunta incómoda de la oposición. Además, su respuesta llegaba pocos minutos después de un anodino rifirrafe entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

"CASO FAISÁN"

El diputado del PP Ignacio Gil Lázaro se interesó en su pregunta a Rubalcaba por las razones que justificaban que el número de teléfono utilizado por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, en el momento del chivatazo a ETA no aparezca identificado en el sumario judicial del "caso Faisán".

Alegó que el ministro del Interior tiene "dificultades para explicar" las incógnitas del soplo a la banda terrorista en el año 2006, ya que con ellas se "induce a pensar" que se ocultó información al juez "para tapar pistas" en la investigación.

Gil Lázaro tachó de "pura patraña" la versión oficial dada por el Gobierno y le pidió que no saque "conclusiones falsas" del auto del juez Pablo Ruz en el que se dice que no piensa pedir declaración al secretario de Estado Antonio Camacho.

En su opinión, la implicación política del Ministerio del Interior está clara independientemente de si Camacho es llamado a la Audiencia Nacional "mañana, pasado o nunca". Lo importante, en su opinión, es la imputación del ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo.

Por eso, instó a Rubalcaba a "pedir perdón" a los españoles por la "bajeza" del delito que se ha podido cometer en el chivatazo a ETA, por "impedir" que la Justicia actuase, por "engañar" a los ciudadanos y por "enfrentar a policías con policías" en este caso.

Gil Lázaro sentenció que "apesta" el "caso Faisán" y que "pende sobre la cabeza" de Rubalcaba, quien replicó con gran contundencia ante las acusaciones del diputado de la oposición.

APOTEOSIS SOCIALISTA

Para empezar, le recordó que había cambiado el enfoque de su pregunta consciente de que el auto del juez Pablo Ruz "exculpa radicalmente" al secretario de Estado Antonio Camacho, al que trató de defender después de que desde el PP le hayan "mancillado" durante meses.

Exigió a los populares que "pidan disculpas públicas" y sugirió que todo este asunto del soplo a la banda terrorista ETA se está usando con fines políticos, incluso electorales, desde el principal partido de la oposición.

"Ustedes van contra mí. Por eso hacen preguntas patéticas, 200 por escrito tratando de pillar al Ministerio, para esta noche lucirse por las cadenas de extrema derecha criticando a la Policía. Por eso lo hace usted", espetó a Gil Lázaro.

Rubalcaba provocó entonces la apoteosis en la bancada socialista al acusar al PP de querer "poner sordina a la lucha antiterrorista porque no le gusta lo que está pasando" en los últimos meses.

"Estamos ante el principio del fin de ETA, esta semana mejor que la anterior y la semana que viene, todavía mejor. Y se lo recordaré una y otra vez en esta Cámara", concluyó mientras los diputados del PSOE se ponían en pie y festejaban la respuesta como si fuera una gran victoria electoral.