En un encuentro digital organizado por Europa Press, Feijóo defendió que “Galicia reafirma una estabilidad asentada en una mayoría cordial y en una mayoría útil”, lo cual constituye “una herramienta fundamental para la convivencia y el progreso”. “Formamos parte de esa política de Estado que no está basada en el ruido”, sostuvo, y reconoció que “los ecos que nos llegan de los debates nacionales no invitan excesivamente al optimismo” en este sentido.

El presidente de Galicia, primera comunidad en salir del estado de alarma, aseguró que “no teme” estos próximos seis días, hasta que el resto de España abandone también esta situación excepcional. En cambio, confesó que “lógicamente” sí teme “lo que pueda ocurrir a partir del 21 de junio” y enumeró tres razones.

En primer lugar, porque “no tenemos un plan ante rebrotes a nivel nacional”. Aludió, por tanto, a la falta de “una metodología común para considerar y evaluar cuándo se produce un rebrote en nuestro país, cuál es el índice adecuado que conlleva la determinación de la existencia de un rebrote”. “No tenemos un medidor homogéneo y coherente para todo nuestro país”, avisó.

El segundo “riesgo”, según Feijóo, es “la ausencia de herramientas jurídicas suficientes para gestionar a partir del 21 de junio”, cuando el conjunto de España dejará el estado de alarma. “El Gobierno optó, en mi opinión con buen criterio, en las primeras semanas por adoptar el estado de alarma. Estábamos en una situación de número de personas infectadas y de número de fallecimientos a diario que era enorme y excepcional”, rememoró.

Por ello le pareció “bien” dar ese paso en el primer mes o incluso durante dos meses, pero recalcó que “simultáneamente debería haberse trabajado” para “pulir” la legislación española, básicamente la ley orgánica de salud pública, para “no tener que acudir al estado de alarma y poder regular la movilidad dentro de nuestro territorio” sin acudir a la declaración del estado de alarma de nuevo.

“Ahora entramos en una situación sin un instrumento jurídico adecuado para gestionar los primeros trimestres, semestres y probablemente año y medio o dos años” hasta que haya una vacuna contra el Covid-19, resaltó Feijóo. Es decir, lamentó “la ausencia” de modificaciones en la legislación vigente para encarar esta situación y que ello pueda obligar a “acudir a estados de alarma desproporcionados”. A ello unió la necesidad de una “mayor elaboración consensuada entre todos los países de Europa” para el tránsito de las personas.

Aseguró que no recuerda que en las conferencias de presidentes que Sánchez ha venido celebrando cada domingo con los mandatarios regionales se haya expresado un compromiso en este sentido, a pesar de que varios líderes autonómicos y él mismo hayan advertido de lo “exorbitante” que resultaba el estado de alarma durante tres meses.

Cierto es que “no había legislación” para afrontar la crisis del Covid-19 sin el estado de alarma, aunque “tampoco se ha querido aprobar”, incidió Feijóo, aunque señaló que de sus conversaciones con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, sí sacó la “impresión” de que se estaba “estudiando una medida legal para tener cobertura” en este sentido sin utilizar este mecanismo excepcional.

“Pero irnos de vacaciones parlamentarias sin esta legislación aprobada en las Cortes… No comparto esa decisión. En mi opinión, es una decisión negligente”, dijo Feijóo, llamando así “la atención” a este respecto. Valoró que el plan nacional de rebrotes podría aprobarse en un Consejo Interterritorial “en los próximos días”, al tiempo que compartió su “sensación” de que una legislación que sustituyera al estado de alarma “no la vamos a tener en las próximas semanas”.

En cuanto a los “errores” que ha cometido el Gobierno central en la gestión de esta crisis sanitaria, Feijóo apuntó a que “haber llegado tarde ha sido una responsabilidad política de primer nivel”, además de “intentar comprar y centralizar las compras cuando no tenía capacidad ni administrativa ni técnica ni logística para hacerlo”. “Perdimos casi una semana en las compras”, subrayó.

A su juicio, el tercer error es “esta falta de rigor en el análisis y el balance de los datos. “Todavía hoy hay comunidades que notificamos lógicamente todos los días al Ministerio y no aparecen (las cifras) en las estadísticas oficiales. Esto es grave, especialmente grave. Eso supone un coste reputacional enorme para nuestro país y supone también una falta de ética hacia nuestros muertos y, por supuesto, para las familias”.

Así las cosas, Feijóo señaló que “insistir en una contabilidad creativa de las cifras de infectados y fallecidos es un error que continúa en el tiempo” que él desconoce “salvo pensar o creer que cuantos menos datos se den, menos impacto internacional tendrán las cifras de mortalidad en nuestro país”. “pero me parece tan cruel esa decisión que espero que se deba a otras causas y que al final tengamos la contabilidad real que haga un poco de justicia”, apostilló.

Sí valoró como “un acierto” del Gobierno que haya querido reunir durante 14 domingos consecutivos a los presidentes autonómicos y que se “haya creado una atmósfera crítica pero de lealtad” a la hora de analizar la evolución de la pandemia en todo el territorio nacional y las decisiones a tomar. Reconoció que fue “una decisión política inteligente” por parte del Ejecutivo.

Defendió que a lo largo del estado de alarma el PP ha tenido “un comportamiento de Estado mucho más intenso que el de los socios del Gobierno de Pedro Sánchez”. Por tanto, dijo que no le parece “razonables ni justos” algunos de los “ataques” que se han dirigido hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso. En su opinión, es “impropio” que el Gobierno central pueda estar “contra” una presidenta autonómica y que un vicepresidente como Pablo Iglesias hable de “actos criminales” en la gestión madrileña.

Por último, sobre los comicios gallegos del próximo 12 de julio, Feijóo señaló que “sería una pena que hubiese baja participación” por la pandemia y aseguró que “ir a un colegio electoral será más seguro que tomar alguna de las decisiones sociales que tomaremos ese domingo”. “Espero y deseo que haya un voto tranquilo”, dijo, recalcando que a Euskadi y a Galicia “nos ha tocado inaugurar esta etapa de voto seguro”.