Coronavirus
Robles agradece su “generosidad” y “humanidad” a los militares que han luchado contra el coronavirus
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La ministra de Defensa, Margarita Robles, agradeció este viernes a los militares involucrados en la ‘Operación Balmis’, de lucha contra el coronavirus, su “generosidad”, “humanidad” y “esfuerzo” en el desempeño de sus cometidos con los que han puesto de manifiesto que representan a la “España solidaria” y que “avanza”.
Así se pronunció la titular de Defensa en el marco de su visita al Regimiento de Guerra Electrónica nº 31 en el Pardo (Madrid), que ha participado en la ‘Operación Balmis’ con 448 militares (338 hombres y 110 mujeres).
La ministra, que estuvo acompañada por el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, aprovechó su visita para trasladar a los efectivos del Regimiento su “agradecimiento” y “orgullo” por el trabajo que han efectuado “en unos momentos tan difíciles para España”.
También les agradeció que se hayan movido en su lucha contra la enfermedad “de forma generosa, con buena cara y poniendo mucha humanidad”, lo que le sirvió para aseverar que “han escrito una página muy brillante en la historia de las Fuerzas Armadas”.
Por ello, dejó claro que se han hecho acreedores de “medallas morales”, que son más importantes que cualquier ascenso en su carrera.
Tras su parlamento departió con algunos militares que han actuado en la ‘Operación Balmis’, quienes le explicaron su experiencia en el desempeño de la misma, unos relatos que embargaron de emoción a Robles.
En ese sentido, la comandante Marcos le contó el “cariño” y la “humanidad” con la que los militares acompañaron a los fallecidos como consecuencia de la enfermedad, que no pudieron ser despedidos por sus seres queridos.
Esta experiencia provocó que la ministra aprovechara para transmitir a las familias de las víctimas del coronavirus la certeza de que los miembros de las Fuerzas Armadas acompañaron hasta el final a sus deudos.
A su vez, la capitán Sánchez contó su experiencia en un centro psiquiátrico al que acudió para desinfectar sus instalaciones. Allí, expuso, coincidió con un joven de 22 años, que se encontraba aislado por posible contagio, a quien acompañó mientras le transmitía su agradecimiento por la labor realizada por las Fuerzas Armadas. Una semana después tuvo noticia de que el chico había dado negativo y se encontraba en buen estado.
Por su parte, el soldado Hita explicó que fue destinado a realizar labores de desinfección en el madrileño Hospital Infanta Leonor, donde su padre estaba ingresado por coronavirus.
Gracias al conducto reglamentario, pudo verle, una visita en la que se muestra seguro de que le hizo llegar el “positivismo para salir” adelante. Ahora, ya recuperado, el padre del soldado se encuentra de baja por las secuelas causadas por la enfermedad.
La cabo Castro testimonió su experiencia en el madrileño Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, donde sostuvo hasta el último momento la mano de un afectado por el virus, con quien rezó un padrenuestro para aliviar su dolor.
“Cuando falleció se me encogió el corazón, no pude evitar las lágrimas”, dijo, para, a continuación, atestiguar que “nunca pensé verme en una situación así, a pesar de ser militar". "Esta experiencia me ha hecho crecer como persona y como militar, y estoy orgullosa de haber servido en esa misión a España”.
Previamente, el capitán Camacho reconoció la dureza de la misión encomendada por haber tenido lugar en “nuestra casa, en nuestro país”, lo cual les “enardecía” a estar a la altura del desafío.
Tras este encuentro, Robles recibió por parte del jefe del Regimiento, coronel Fernando Escusol, los detalles de las operaciones en la que han participado sus efectivos.
Explicó que los alrededor de 500 militares involucrados realizaron 24 misiones de descontaminación con sus equipos no específicos de NBQ, dos misiones de apoyo logístico y cuatro movimientos logísticos, ocho misiones de presencia y reconocimiento en 22 localidades de seis provincias y una misión de apoyo solidario.
Incidió en que los 48 efectivos que sirvieron en el Gómez Ulla durante dos semanas tuvieron que guardar una cuarentena posterior a su servicio en el centro hospitalario por haber estado en contacto directo con enfermos de coronavirus.
Los efectivos del Regimiento también participaron en el montaje del hospital de campaña en el recinto ferial de Ifema en Madrid y en trabajos de desinfección en el Ministerio de Defensa, el Hospital Infante Leonor, las instalaciones de Cáritas Interparroquial en Talavera de la Reina (Toledo), en la residencia San Juan Bautista en Madrid y en centros de especiales situados en los barrios madrileños de Orcasitas y Carabanchel.
Por último, el coronel Escusol manifestó a la ministra el agradecimiento que les han hecho llegar los ciudadanos por su labor y le refirió como anécdota las botellas de agua que han recibido etiquetadas con el siguiente mensaje: “Auara, agua para cambiar el mundo, ¡Gracias Héroes!
(SERVIMEDIA)
12 Jun 2020
MST/mjg