En la última publicación de ‘Anotaciones FAES’, bajo el título ‘¿Sí, ministro?’, la fundación de Aznar se refiere así a la “sorprendente” manifestación que hizo ayer el ministro de Justicia en la sesión de control al Gobierno que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados.

“Se ha escuchado, sin hacer ruido, una declaración sorprendente”, comenta FAES sobre la respuesta que Campo dio a la parlamentaria de ERC María Carvalho en sede parlamentaria. “Contestaba a la diputada republicana –socia en la investidura, clave en la Legislatura– tranquilizándola a ella y a todos: en España, la libertad ideológica y la libertad de expresión seguirán siendo pilares básicos del Estado a los que el ministro llamaba a atarse como mástiles en medio de una tormenta”.

“Y de pronto, el naufragio”, prosigue FAES, refiriéndose al momento en el que el ministro se embarcó “en una dudosa analogía entre la crisis financiera de 2008 y la que hoy induce la pandemia”, calificando a esta última de “crisis constituyente”, además de económica y social.

En este sentido, FAES se hace eco de las palabras de Campo diciendo que esta crisis se produce de forma simultánea a un “debate constituyente” del que “no podemos dejar a nadie fuera”. Todo ello “sin que sepamos muy bien si se está refiriendo a los militantes “antifa”, objeto de la pregunta”, apostilla.

En este contexto, la fundación que lidera Aznar recuerda que este Gobierno vive “gracias a la respiración asistida de quienes impugnan el modelo constitucional”, que está “parcialmente integrado por quienes han hecho del ‘régimen del 78’ una etiqueta infamante”, que ha “buscado en cada encrucijada parlamentaria la complicidad de los que aceptan como legado toda una historia de agresión criminal a la Constitución” y que acepta “negociar con los autores del golpe a la Constitución la continuidad nacional de España”.

“Si el Gobierno de Pedro Sánchez tuviera otra ejecutoria, se podrían interpretar las palabras del ministro como un lapsus o un traspiés producto de la improvisación”, sostiene este análisis. Y valora que “no siendo así” cabe preguntar al ministro “de qué forma ha afectado el Covid-19 al sujeto de la soberanía, a la forma de Estado o a su planta territorial”.

Finalmente, recuerda la fundación que una “crisis constituyente” es una crisis política que afecta a la vigencia y continuidad de la Constitución y a sus elementos esenciales. Además, recalca que el ministro “sabe perfectamente” que un “debate constituyente” sólo lo pueden tener unas Cortes Constituyentes elegidas para impulsar una nueva Carta Magna.