En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Álvarez de Toledo cargó contra las “tóxicas insinuaciones” de que el PP está implicado en una “presunta conspiración” para derrocar al Gobierno, lo cual emplaza “moral y políticamente” a la vicepresidenta. “O se atreve” a afirmarlo, “y, ojo, lo demuestra”, “o admite con lógico rubor en la cara la verdad”, que ese “fantasmagórico golpe de Estado es un maligno bulo” para desacreditar a la oposición.

Calvo se remitió al “estricto” cumplimiento del Reglamento del Congreso de los Diputados para responder a la pregunta que la portavoz del PP registró sobre el grado de compromiso del Gobierno con la verdad, y le dijo que ambas, como cargos públicos, no tienen un compromiso con la verdad sino una “obligación” con ella.

Álvarez de Toledo insistió en exigir a la vicepresidenta una respuesta sobre si cree que el PP está apoyando un supuesto golpe de Estado, ya que las palabras “pesan” y son “la fibra de la democracia”.

La realidad, dijo, es que la vicepresidenta es “partícipe de una vulgar operación de camuflaje fruto de una desesperación terminal”, y para tapar su “letal” gestión de la pandemia están diseminando otro virus, “la mentira de una España condenada al guerracivilismo y a la involución”.

Ha llegado a tal punto, denunció, que la ministra de Defensa, Margarita Robles, “ha tenido que ratificar el compromiso” de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la Constitución. “No cabe mayor ofensa a la dignidad de los militares”, denunció, ni a la inteligencia general de los ciudadanos.

Denunció que en una semana el Gobierno ha apartado “al leal” Diego Pérez de los Cobos y ha “auxiliado al desleal” Josep Lluís Trapero, lo primero mediante una decisión “ilegal” del ministro del Interior, “que no sé qué hace en su escaño aún”, y lo segundo mediante un “uso inmoral” de la Fiscalía.

La pregunta, por tanto, no es en qué anda el PP sino “en qué andan ustedes”, y la realidad es que están “en lo mismo que hizo presidente a Sánchez, y con los mismos”, es decir, están “legitimando y consintiendo” a quienes dieron un golpe a la democracia.

En su respuesta, Calvo le dijo que Marlaska está en su escaño porque también está en el suyo el presidente “legítimo y constitucional” del Gobierno, que es “quien nombra y quien cesa” a los ministros.

Igual que la comedia ‘Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo’, dijo Calvo, el PP habla de verdad cuando lo único que defiende “legítimamente” son “sus verdades, su posición ideológica, su estrategia”, y se dedica a “enredar” con una especie de autoproclamada “superioridad moral y ética” en la política.

Calvo reiteró que en democracia y en un Estado de Derecho la única verdad incontestable es el cumplimiento de la ley por parte de todos, y dado que la portavoz del PP formuló una pregunta “interesante”, incluso “enciclopédica” y ella siempre aspira a un debate productivo, la emplazó a compartir un café “con dos horas por delante”.