Lo dijo al ser preguntado por las declaraciones de Iglesias en las que denunció que la gestión de la Comunidad de Madrid en las residencias de mayores ha sido “un escándalo, si no un crimen”.

El alcalde aseguró que vienen “tiempos muy difíciles” en loas que debe primar el interés general y en los que hacen falta “gente seria y políticos que estén a la altura”, pero Iglesias se centra solo en “sobrevivir” y lo hace “a base de crispación, insultos”.

“Se ha quedado anclado en una forma de hacer política” que no va a tener cabida en la sociedad española, que después de la pandemia reclama más que antes diálogo y entendimiento. Hay que superar diferencias, subrayó, tratar de minimizar diferencias y llegar a acuerdos, pero Iglesias opta por “recluirse en ese núcleo duro de crispación, de enfrentamiento y de visceralidad”.

Se mostró convencido de que los españoles no perdonarán a un vicepresidente del Gobierno “que entiende que hay que politizar el dolor”. Esa forma de hacer política “tiene fecha de caducidad”, aseguró, y por ello Iglesias “no va a formar parte del futuro de España”. “Podrá seguir teniendo escaño y pagando la hipoteca de Galapagar”, añadió, pero “no será determinante” en la política española.

Preguntado por las diferencias entre PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, el alcalde se mostró convencido de que “no hay riesgo real de ruptura” del Gobierno regional, más allá de la lógica de que en toda coalición haya “discrepancias, debates, controversias”.

El alcalde dijo, además, que el derecho de manifestación debe ser respetado, pero reclamó que se respeten las medidas de prevención de contagios, como las distancias de seguridad o el uso de mascarillas. Criticó, en ese sentido, que quienes se quejaban de las caceroladas contra el Gobierno por el riesgo que suponían para la salud de las personas no hagan ahora las mismas observaciones respecto de la manifestación celebrada este domingo contra el racismo.