El titular de Sanidad subrayó que la tercera etapa de esta desescalada "será la nueva normalidad que no significa otra cosa que aprender a convivir con el virus hasta que no tengamos un tratamiento eficaz o una vacuna".

Por ello, insistió en que en esta nueva normalidad es fundamental "mantener la prudencia por parte de la ciudadanía y por parte de las administraciones públicas". En este sentido, recordó que en esta nueva normalidad "seguirán vigentes" cuatro reglas básicas: lavado de manos constante, distancia interpersonal de dos metros porque previene en un 80% los contagios, el uso de mascarillas y la higiene de centros públicos y privados.

A todo ello, añadió "la actitud colectiva de prudencia y evitar esos comportamientos incívicos, aunque sean minoritarios, que ponen en riesgo todo lo que hemos conseguido".

Asimismo, remarcó que en esta nueva normalidad "están trabajando los equipos ministeriales y el Gobierno para buscar el instrumento jurídico más apropiado para preservar esa normalidad". Además, comentó que "hasta ahora no ha habido una aceleración de la etapa de desescalada porque se ha respetado la estancia de 14 días en cada una de las fases". "La evolución de la epidemia es correcta y esto nos ha permitido que se progresara según lo previsto".

El ministro también subrayó que "la epidemia está en una fase de control" y recordó que España "ha tenido el confinamiento más duro de los países de la Unión Europea y que es lo que nos está permitiendo una desescalada más segura y más rápida que en otros países de nuestro entorno".

En cuanto a los rebrotes que han aparecido en España, Illa aseguró que "están muy localizados y, por tanto, son muy gestionables", aunque insistió en la máxima prudencia de la ciudadanía y en el despliegue de la red de detección precoz para contar con "una rápida acción".