Fore subrayó que "tener al personal sanitario como objetivo es una violación atroz del Derecho Internacional Humanitario, y puede constituir un crimen de guerra. Estos ataques horrendos interfieren con la protección fundamental del derecho a la salud. Sus responsables deben rendir cuentas".

En un comunicado también transmitió su pésame a las familias, amigos y compañeros de las víctimas, así como a la Fundación Zamzam, uno de los aliados clave de Unicef en Somalia.

Estos trabajadores sanitarios "eran héroes que arriesgaban sus vidas cada día para proporcionar atención vital a los niños y sus familias". A esto, la directora ejecutiva de Unicef añadió que "llevaremos su dedicación y sacrificio en nuestros corazones mientras continuamos nuestro trabajo para llegar a los niños vulnerables de todo el país”.