El nuevo documento, que cumple ya dos años, tiene un aspecto similar a la tarjeta sanitaria y a él pueden acceder voluntariamente todas las personas que tengan algún tipo de discapacidad reconocida.

Hasta ahora, para realizar todas aquellas gestiones en que necesitaban acreditarla, estas personas presentaban un certificado de discapacidad en formato papel, fácilmente deteriorable y más incómodo de guardar.

El actual documento permite a estas personas, con tan sólo presentarlo, acceder a todas las ayudas autonómicas previstas para este colectivo, realizar cualquier trámite administrativo o acreditar que padecen una discapacidad en los lugares que así lo requieran, como aparcamientos o instalaciones públicas.