A través de una publicación de ‘Anotaciones FAES’, bajo el título ‘Nissan y…’, la fundación de Aznar recalca que Nissan ya preparaba el anuncio del cierre de su planta en Barcelona ayer, mientras que el vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, “dispensaba su indecencia diaria”.

FAES recalca que la confirmación del cierre es “un duro golpe” a la industria del automóvil y también supone “un nuevo drama para el empleo”, al afectar 3.000 empleos directos y hasta 30.000 indirectos. Se trata, según la fundación, de “un indicador de la crisis cuya dimensión sólo ahora se empieza a medir”.

“La decisión de Nissan lo que plantea es el problema más amplio y aún más grave de la imagen de España como destino de inversión”, advierte, al tiempo que indica que “se necesitan enormes dosis de credibilidad y confianza para mantener la imagen de solvencia de un país” cuando atraviesa una situación de incertidumbre como la actual.

En este sentido, FAES valora que “el Gobierno Frankenstein, en unos casos por torpeza, en otros por mala fe y en la mayoría por su radicalismo ideológico, carece de ambas cualidades (credibilidad y confianza)”.

En este sentido, FAES interpela al lector para que se ponga en la tesitura de “decidir si invierte o mantiene su inversión en España”. “Y lo que le llega es que el Gobierno, ya antes de la pandemia, empieza a desgastar al sector del automóvil condenando a muerte al diésel”, ejemplifica.

Esta organización también se refiere a las palabras de Iglesias, “dirigente de un partido antisistema”, en las que “reduce la Constitución al poder de nacionalizar empresas”. Igualmente, menta “la ruptura del diálogo social” y el acuerdo con EH Bildu para derogar la reforma laboral.

FAES tampoco pasa por alto las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre el turismo, que implican “denigrar al sector describiéndolo como un infierno de precariedad y falto de valor añadido, aunque aporte el 12% del PIB”.

“Si cree que la seguridad jurídica es un valor importante, ahí está la actuación del ministro del Interior con la Guardia Civil y el insulto continuado contra este Cuerpo que propaló desde la tribuna del Congreso el representante de un partido sedicioso y golpista, pero apoyo esencial de Frankenstein, al que el presidente del Gobierno correspondió con carantoñas muy celebradas por su disciplinado grupo”, remacha el texto tras las palabras que profirió ayer ERC sobre el coronel Diego Pérez de los Cobos, que fue destituido de su cargo al frente de la Comandancia de Madrid.