“La prevención del sobrepeso es fundamental y debería incidirse en la población tanto como en el lavado de manos o en el distanciamiento social. En la desescalada la gente está deseando hacer vida social y esto puede implicar el consumo excesivo de alcohol y una alimentación caótica”, afirma el Fernández Cobelle.

Además, considera que los malos hábitos inducen a un porcentaje mayor de obesidad en la población y a una “multiplicación del riesgo de complicaciones” por Covid-19.

Según indica el Centro Médico Preven Salud, en estos dos meses de confinamiento los ciudadanos engordaron una media de cuatro a siete kilos. La entidad recoge en un comunicado que, según varios estudios internacionales, existe una “relación directa” entre obesidad y muerte por Covid-19.

“Está ampliamente demostrado que la obesidad ya supone, de por sí, una situación de inflamación del organismo humano. El resultado es que la combinación Covid-19 y obesidad puede ser mortal porque cuando un paciente con sobrepeso llega a la fase de desencadenamiento inflamatorio, se encuentra en un estado avanzado de hiperinflamación y el agravamiento de la enfermedad por complicaciones severas es prácticamente inevitable”, afirma Juan Pedro Fernández Cobelle.

Ante esta evidencia su conclusión es que "hay que evitar ganar peso”, y en caso de padecer obesidad, “hay que poner en marcha un plan de choque para resolver el problema, siempre con parámetros saludables y de la mano de un especialista”.