Durante el mismo período, 447 niños migrantes fueron devueltos de México a Guatemala y Honduras. Así lo apuntó este jueves Unicef, que alertó de "actos de violencia y discriminación" contra los repatriados, a los que se percibe como infectados por la enfermedad y cuya protección peligra durante la reintegración.

Según su directora ejecutiva, Henrietta Fore,“para los niños en tránsito en toda la región, la Covid-19 está empeorando aún más la situación. La discriminación y los ataques se suman a las amenazas que ya existían antes, como la violencia de las bandas, lo que significa que muchos niños que regresan afrontan un riesgo doble y están más en peligro que cuando abandonaron sus comunidades".

A su juicio, "obligar a un niño a volver a una situación de inseguridad nunca es una opción, si se quiere velar por su interés superior”.

Señaló que la información pública sobre los protocolos de prueba, tratamiento y contención de la pandemia en la región "es limitada", y ello genera confusión y miedo entre los retornados y la población en general.

En algunas comunidades, existe la preocupación de que los niños y las familias que regresaron de EEUU y México puedan ser portadores del virus, lo que ha agudizado la estigmatización de los migrantes.

Unicef ha recibido informaciones de comunidades en Guatemala y Honduras que prohíben la entrada física a grupos de fuera o extraños, incluidos los retornados.

También se ha dado el caso de migrantes que han recibido amenazas violentas al regresar a sus comunidades, mientras que algunos centros de recepción y tránsito han sido atacados, según denunció.