El pasado 16 de mayo, durante una manifestación en contra de la gestión del Gobierno de la crisis del coronavirus celebrada en Zaragoza, cerca de 30 manifestantes increparon a un operador de cámara de TVE, profiriendo insultos personales y acusaciones de manipulación informativa.

Además, estas personas que estaban en la calle pese al confinamiento, se saltaron la distancia mínima de seguridad de dos metros con el trabajador al intentar impedir la grabación, poniendo en riesgo al profesional. Igualmente ha sucedido en la cobertura de una cacerolada contra el Gobierno en Madrid con otro periodista mientras informaba.

Por su parte, un cámara del equipo de Madrid Directo, de Telemadrid, fue agredido cuando se dirigía a cubrir informativamente la denuncia de los vecinos de la calle Monte Igueldo, en Puente de Vallecas.

Según las asociaciones, “la labor de los periodistas es un servicio público esencial, como reconoció expresamente el Gobierno” y exigió que los informadores sigan ejerciendo su trabajo con seguridad.