La Subdirección General de Aire Limpio y Sostenibilidad Industrial, perteneciente al departamento dirigido por Teresa Ribera, despejó en un comunicado las dudas sobre la conveniencia de utilizar el ozono para desinfectar superficies para combatir el coronavirus.

Así, apuntó que sólo se permite usar ozono en "los supuestos legales notificados a las autoridades competentes", lo que supone tres usos posibles: desinfectante de superficies, materiales, equipos y muebles que no se usan en contacto directo con alimentos o piensos (el interior de coches, el sistema de aire acondicionado realizado por profesionales o para aguas de piscina); desinfectante de equipos, materiales y superficies relacionados con alimentos o piensos para personas o animales (como almacenes de productos envasados), y desinfectante de aguas potables.

"La utilización del ozono como desinfectante no debe realizarse sobre entornos naturales", destacó Transición Ecológica.

Por otra parte, el Ministerio de Sanidad advirtió de que el ozono, al igual que otros biocidas, no se puede aplicar en presencia de personas, los aplicadores deben contar con los equipos de protección adecuados, puede producir efectos adversos al ser una sustancia química peligrosa (por vía respiratoria, irritación de piel y daño ocular), se debe ventilar adecuadamente el lugar desinfectado antes de su uso y puede reaccionar con sustancias inflamables y producir reacciones químicas peligrosas al contacto con otros productos químicos.