Así lo pone de relieve el análisis publicado por el organismo este martes en el que se expone que, a tenor de los datos, “aún existe un amplio margen de mejora en el uso de esta modalidad de trabajo”. Así, calcula que el 30,6% de los trabajadores puede desarrollar sus tareas a distancia, lo que supone 6.044.671 personas, frente al 8,3% que lo hace actualmente y equivale a 1.640.454 trabajadores, tomando los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2019.

Por tipo de contrato, los asalariados con contrato indefinido serían los que tendrían mayor margen de mejora para aumentar su potencial de teletrabajo, con una estimación del 31% que puede realizar sus tareas a distancia, frente al 5% que lo hace actualmente.

Atendiendo al tamaño de la empresa, los ocupados en empresas de más de 50 trabajadores son los que más podrían aumentar la parte del trabajo que llevan a cabo en remoto (alrededor de 27 puntos en cada uno de los grupos). Mientras, las empresas de menos de 50 trabajadores podrían pasar de una tasa actual del 9,8% al 29,9%.

Por tipo de trabajo, las actividades cualificadas -realizadas en la actualidad por alrededor del 80% del total de ocupados que llevan a cabo parte de su trabajo a distancia- son las que también presentan mayor margen de mejora. En concreto, los trabajadores con teletrabajo en las ocupaciones de técnicos y profesionales de apoyo y en las de empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina podrían incrementar en más de 40 puntos porcentuales su participación en el número total de empleados de cada una de estas ocupaciones.

En cambio, en ocupaciones elementales (que incluyen empleados domésticos, otro personal de limpieza, ayudantes de preparación de alimentos, recogedores de residuos urbanos, vendedores callejeros, peones agrarios, forestales y de la pesca, la construcción, las industrias manufactureras y el transporte) donde el teletrabajo también representa un porcentaje muy reducido, el margen de mejora es escaso.

RESTAURACIÓN Y COMERCIO

Los operadores de instalaciones y maquinaria, así como los trabajadores de servicios de restauración y comercio, que en la actualidad prácticamente no teletrabajan, podrían avanzar también “de forma significativa” en este sentido y, “posiblemente, beneficiarse de algún cambio en el modelo de negocio de sus empresas”, según el organismo.

Entre los sectores de actividad que tendrían más potencial para aumentar su proporción de ocupados con teletrabajo se encontrarían algunas actividades que en la actualidad ya están utilizando de forma más intensiva este tipo de trabajo, como las actividades financieras y de seguros (+51 puntos porcentuales), la información y las comunicaciones (+50), o las actividades inmobiliarias (+41). También el transporte y el almacenamiento (+42); el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (+37); la Administración Pública (+32); el comercio (+25); otros servicios (+22); el suministro de agua, las actividades de saneamiento y la gestión de residuos (+22), y las manufacturas (+17).

Por edad, el Banco de España observa que los mayores de 65 años tendrían un “elevado” margen de mejora en el teletrabajo y prácticamente la mitad de este colectivo (43,5%) podría pasar a trabajar de forma no presencial, frente al 14% que lo hace actualmente.

También los menores de 24 años podrían incrementar el uso del teletrabajo en 20 puntos, dado que el 2,1% trabaja a distancia, cuando podría hacerlo el 21,5%.

En cuanto a la cualificación, el colectivo que tiene formación universitaria y superior podría pasar de un 16,9% actual a un 51,2%.

Por tipo de hogar, el organismo detecta que la incidencia del teletrabajo ocasional es especialmente relevante entre los trabajadores de hogares de dos adultos con más de un hijo que en el resto.

Apunta que los hogares de un solo adulto son los que pueden registrar un mayor porcentaje de teletrabajo, del 33,6%, frente al 10,4% actual. Pero son los hogares de dos adultos con un hijo los que más margen de mejora registran según los cálculos del Banco de España, que apuntan que estos hogares podrían mejorar en 23,1 puntos, y teletrabajar el 31,5% de los ocupados en esta situación.

En un análisis por comunidades autónomas, las diferencias en cuanto a la posibilidad de incrementar la proporción de ocupados con teletrabajo no son tan sustanciales, y en todas existe un amplio margen de mejora. En cualquier caso, la Comunidad de Madrid (+28 puntos porcentuales), el País Vasco (+26) y Cataluña (+25) serían las regiones en las que se podría registrar el mayor aumento en el porcentaje de empleados que trabajan desde su domicilio.

COMPARATIVA EUROPEA

En la Unión Europa, el 13,5% de los ocupados de entre 15 y 64 años trabajaba a distancia en 2018, según el último dato disponible de Eurostat.

En general, en los países del norte de Europa existe un mayor arraigo del teletrabajo, mientras que, en los países del sur y del este, esta práctica se utiliza con menos frecuencia.

Así, en los Países Bajos y en Suecia más del 30% del total de trabajadores desarrollan su actividad laboral a distancia, al tiempo que esta modalidad de trabajo es prácticamente inexistente en Chipre, Bulgaria o Rumanía. España se sitúa por debajo de la media europea, con un 7,5%, seis puntos porcentuales menos que el promedio europeo y claramente distanciada de las cifras de otros países grandes, como Francia (20,8%) o Alemania (11,6%).

En los diez últimos años, la mayoría de los países europeos han incrementado la incidencia del teletrabajo. En promedio, el porcentaje de quienes trabajan en remoto ha aumentado en tres puntos porcentuales entre 2009 y 2018. “España no ha sido una excepción, si bien su crecimiento ha sido mucho más limitado”, de 1,7 puntos, según recoge el Banco de España.