Así consta en los datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a los que tuvo acceso Servimedia. La media de la última década es de 24.907,12 hectáreas quemadas por el fuego en los cuatro meses de cada año. El peor fue 2012 (61.788,48) y el mejor, 2016 (3.114,28).

De las hectáreas arrasadas entre enero y abril de este año, que abarcan un 0,047% del territorio nacional, un total de 1.439,93 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 10.434,48 hectáreas de matorral y monte abierto, y 1.072,61 de superficie arbolada.

En los cuatro primeros meses del año se produjeron 2.032 siniestros, de los que 1.037 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 995 conatos (con menos de una hectárea quemada).

ZONAS GEOGRÁFICAS

El noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró el 70,87% de los incendios y conatos forestales en el primer cuatrimestre de 2020, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores peninsulares (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 21,11%; el área mediterránea, con un 7,68%, y Canarias, con un 0,34%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 83,68% pertenece al noroeste; un 7,40% a Canarias; un 7,00% a las comunidades interiores, y un 1,93% al área mediterránea.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo en el noroeste (86,87%), por delante de las comunidades interiores (10,84%), la zona mediterránea (2,27%) y Canarias (0,02%).