Así lo trasladó en la rueda de prensa que ofreció en el Senado al término de la Junta de Portavoces haciendo un “llamamiento a la responsabilidad de todas las fuerzas políticas” ante la prórroga del estado de alarma que se someterá a votación en el Congreso.

Gil reclamó a los partidos poner el “bien común y el interés general” por encima de cualquier otro objetivo partidista y reflexionó que el PP tiene que elegir entre las “encuestas electorales o los expertos sanitarios”.

El portavoz socialista se preguntó "que a qué estamos jugando si nadie pone en duda el confinamiento ni las ayudas". "Si están buscando otras vías para hacer lo mismo, ¿a qué estamos jugando?", remachó. “Si el debate es ese, creo que no estamos respondiendo a lo que demanda la ciudadanía española”.

“El estado de alarma es una herramienta constitucional y se ha demostrado como el instrumento más eficaz para mantener el confinamiento y no conviene hacer experimentos”, prosiguió. Preguntado por si hay mecanismos jurídicos alternativos que permitan restringir la movilidad, Gil aseveró que “tendrán que explicarlos aquellos” que quieren cambiar la fórmula.

El portavoz socialista en la Cámara Alta consideró que “esto no es un debate legal, sino que esto va de proteger la salud de los españoles vivan en el territorio en el que vivan”. Tras esta consideración, Gil realizó un llamamiento “a todas las fuerzas políticas” y, de forma especial, “al principal partido de la oposición, al partido que ha gobernado durante 20 años en este país y que gobierna en muchas comunidades autónomas”.

El portavoz consideró que el PP es “poco libre a la hora de tomar decisiones” ya que está condicionado “por el ala más extremista”.

“Sé que la presión que ejerce Vox impide al señor Casado ser un líder de verdad”, incidió. “Me pregunto si esa es la razón que explica que, en las primarias del PP, el señor Casado no fuera el preferido por los militantes”.

Gil concluyó su intervención acusando al presidente del PP de haber conseguido que su formación “dejara de ser un partido de Estado” para convertirse en uno que se dedica a "abrazarse a los partidos más radicales”.