Lo hizo durante su intervención en la Comisión General de Comunidades Autónomas, donde insistió en algunos de los reproches que ya había formulado el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka.

Por ejemplo, se declaró partidaria de la respuesta “coordinada y conjunta” al coronavirus, pero recriminó al Gobierno que “ha subestimado el valor que tiene el Estado autonómico” y “en lugar de por la coordinación, se ha optado por la centralización”, porque el Ejecutivo central “no tiene confianza en las comunidades autónomas”.

En su opinión, la “improvisación” y los “fallos” se han “debido al marco centralista”, porque, preguntó, “quién mejor que el Gobierno autonómico”, que conoce su territorio y su sistema de salud y lleva años ejerciendo las competencias para haber gestionado la lucha contra el coronavirus. Es más, tachó de “demagógico” recurrir al latiguillo de que el virus no entiende de fronteras.

“Al Gobierno español le ha faltado humildad para compartir competencias y decisiones”, objetó, añadiendo que esta decisión “no ha sido muy inteligente”, porque, buscando complicidad con las otras administraciones, “habríamos apaciguado la crispación política y habríamos dejado fuera de juego a los partidos que han utilizado esta crisis para hacer partidismo”.

“Esperábamos más y seguimos esperando más. Han contado con nuestra confianza y de ustedes depende que la vuelvan a tener”, advirtió, días después de que el PNV anunciara que enmendará el próximo decreto de prórroga del estado de alarma para que respete el autogobierno vasco. Pero, pese a todo, remató: “Cumpliremos con nuestra responsabilidad”.