Sobre la cuenta pesan 2.084 millones en ajustes por el fondo de fondo de comercio en Estados Unidos y otros 1.433 millones en saneamientos por la crisis ligada a la pandemia. Torres explicó, junto al consejero delegado del banco, Onur Genç, que el beneficio sin atípicos alcanza los 1.258 millones y crece 6,4% interanual.

“Para el resto del año por supuesto que vamos a tener beneficios sin necesidad de hacer nada más”, garantizó al ser cuestionado sobre la posibilidad de que realizase alguna desinversión para dar la vuelta a la cuenta. Ambos admitieron que la partida de provisiones frente a potenciales deterioros por la crisis crecerá, pero a menor ritmo porque se ha decidido anticipar el cargo, y descartaron que se vayan a repetir los deterioros en fondos de comercio en EEUU o en otras unidades del grupo en otros países.

Según Torres, a nivel operativo “la fortaleza del banco es evidente en todos los países” y la cuenta refleja la “recurrencia y estabilidad del beneficio antes de provisiones”. “Si echamos la vista atrás el banco nunca tuvo pérdidas en ningún año completo de la última crisis y no esperamos que eso pase”, zanjó.

La hucha acopiada por el banco es considerando una recesión profunda y “corta” que de paso a una recuperación rápida pero en forma de “V incompleta”, donde la reactivación sea a un ritmo más lento que lo fue la caída.

Para España prevé una contracción del 8% este año, como escenario central en un rango de caída del 5 al 11%, para rebotar un 5,7% el próximo ejercicio, de forma que la economía quedaría en “un nivel de actividad inferior al que teníamos antes de la crisis”. Espera que la caída del tercer trimestre cifrada hoy por el INE en el 5,2%, se agudice al 12-13% en el segundo trimestre y remonte después con del desconfinamiento.

Para dicha recuperación urgió una colaboración público-privada a fin de que se reanime la actividad de la forma "más acelerada posible". “Es muy importante el apoyo de todos, de los gobiernos, que con los recursos públicos tienen que dedicarlos a esto también, y de las entidades privadas y de los bancos, que creo que jugamos un papel fundamental muy importante para apoyar a las empresas a preservar el empleo”, afirmó.

El banquero subrayó la necesidad de evitar “que haya mortandad empresarial” para que cuando esto pase “tengamos ese tejido productivos de autónomos, de pequeñas empresas y de grandes empresas ahí disponible para, cuanto antes, reactivar la actividad”.

“Muy importante que dure lo menos posible”, insistió, urgiendo a un plan de retorno que, priorice la salud “porque no podemos poner eso en riesgo, pero que acelere todo lo posible la reactivación del tejido productivo, la reactivación del empleo y de la economía”. “Que acelere la vuelta a la actividad, que ese sea un poco un indicador clave cuando las circunstancia se den para ello”, abundó.

Para maximizar la capacidad de recuperación en España demandó además “fomentar un entorno favorable para la inversión”, evitando incertidumbres como puede ser a futuro los presupuestos o medidas económicas, e “invertir en formación y capital humano”.

Ambos banqueros subrayaron que BBVA ha prestado los servicios con normalidad pese al estado de alarma y se ha disparado el uso por parte de los clientes de los canales digitales, descartando que eso vaya a cambiar la estrategia en cuando a sucursales en España. “No cambiamos los planes, mantenemos los que teníamos sin ningún cambio a raíz de la situación actual”, afirmó tajante el consejero delegado.

El ejecutivo recordó que la previsión es clausurar 160 sucursales este año y así seguirá, al tiempo que ambos volvieron a descartar ajuste alguno en la plantilla vía ERTE o ERE y explicaron que la mejor manera de contribuir contra la crisis es precisamente preservar el empleo.