La estimación la efectuó este jueves el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de resultados correspondientes al primer trimestre, cuando el beneficio cayó un 83,2% tras realizar una provisión extraordinaria de 400 millones para afrontar potenciales deterioros derivados del estado de alarma frente a la pandemia.

Si se aisla dicho impacto el beneficio ascendería a 364 millones de euros y la caída se limitaría al 31,7%. El banquero reconoció que la hucha de dotaciones no es definitiva y tendrá que acopiar nuevas provisiones a medida que se vaya conociendo cómo impacta el Covid-19 pero descartó que vaya a llevar a números rojos las cuentas.

“No prevemos entrar en pérdidas en absoluto, sí prevemos caída de resultados”, indicó a la vez que reivindicó que el banco encara la crisis como “un puerto seguro” por su robusta solvencia y liquidez y trabajará de que la caída “sea lo menor” posible.

Gran parte de la disminución final dependerá de cuánto afecte la morosidad a la cartera crediticia, que reconoció que subirá. “Esperamos cerrar el año en un ratio por encima del 4% y por debajo del 5%, en una distancia muy alejada de los máximos de la crisis anterior que estaba en el 11%. Empeoramiento sí, pero de otro calado”, resumió.

Caixabank está otorgando de manera activa moratorias, pero confía en su capacidad de devolución de los créditos al ser, en muchos casos, hipotecas contratadas hace años por clientes que nunca han fallado en sus pagos y que deberían reanudar su amortización cuando superen la situación de apuro por la crisis.

Hasta el pasado 23 de abril, más de 147.000 clientes habían solicitado una moratoria y había gestionado un total de 220.000 solicitudes: 95.000 de moratoria hipotecaria y 125.000 de consumo para una cartera total que supera los 8.500 millones de euros.

Por otro lado, ha gestionado 128.700 solicitudes de clientes para las líneas de avales del ICO por un importe total de 11.140 millones, muy superior a la cuota que tenía asignada –ya ha abonado además 3.700 millones de esa cuantía a las compañías-.

El banquero defendió la importancia de esta herramienta y aseguró que hay máximo esfuerzo y diligencia por parte de entidades y del ICO para que la liquidez llegue pronto a las empresas y autónomos. “Todos estamos trabajando en la misma nave, trabajando juntos”, afirmó.

Sin embargo, consideró que “no tiene ningún sentido” que se obligue al cliente a acudir al notario para registrar la operación y que sea efectivo el aplazamiento en el pago. A su juicio es un “coste innecesario” y lleva inherente el riesgo adicional de exponer a las personas a un contagio al exigir su desplazamiento para firmar la operación.

“Tenemos que buscar la manera más eficiente en este tipo de procesos”, apuntó pidiendo al Gobierno que arbitre “un sistema más fácil y más directo” que “evite poner en riesgo la salud de las personas” sobre todo cuando, una vez se inicie la desescalada, haya que formalizar las operaciones embalsadas.

Por otro lado Gorzátar negó que los créditos del ICO sean una oportunidad para captar clientes y mejorar las cuentas. “Los créditos del ICO no un negocio de la banca. Es una ayuda muy importante para la sociedad y evidentemente para la banca porque no queremos que todas esas sociedades quiebren”, indicó taxativo.

Según detalló, Caixabank está formalizando las operaciones a precios de entorno al 1,5% para empresas y al 2,5% para autónomos, con los mismos precios que venía aplicando antes. “Las líneas del ICO es una operación rescate de la economía y en ese aspecto es una misión social muy relevante”, remachó.