Lo dijo durante su comparecencia en la comisión de Defensa del Congreso de los Diputados en la que dio cuenta de la gestión de la crisis motivada por la pandemia del coronavirus en el ámbito de sus competencias.

La ministra se pronunció en estos términos después de las noticias aparecidas en distintos medios de comunicación acerca de que las patrullas mixtas que debían llevar a cabo las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil no se llevaron a cabo por las desavenencias sobre el mando entre Defensa e Interior.

Robles explicó que la posibilidad de que estas patrullas mixtas se llevaran a término se planteó en un momento en el que “no sabíamos el devenir” de la pandemia, lo que le permitió destacar que cuando llegó la ocasión de decidir si se activaban se llegó a la conclusión de que no eran necesarias.

Por ello, descartó que se hayan producido roces entre Defensa e Interior durante la gestión de la pandemia del coronavirus, porque “en este momento la única prioridad es salvar vidas”

Tras recomendar “elevarnos todos” por encima de “cotilleos” y de la transcripción de la “letra pequeña”, ensalzó el “magnífico trabajo de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” y reiteró que la colaboración entre Defensa e interior ha sido “la mejor posible”.

Por su parte, también se refirió a la ‘Operación Zendal’, a partir de la cual 750 militares iban a efectuar test de detección del coronavirus por toda España, en caso de haber sido requeridos por el Ministerio de Sanidad.

Lo hizo explicando que esta operación únicamente se iba a poner en marcha en caso de que las autoridades sanitarias lo consideraran pertinente, lo que le sirvió para confirmar que, si finalmente los militares no han sido requeridos para practicar test, se debe únicamente a que se concluyó que era “más razonable” que esta labor la desempeñara personal sanitario por tener la preparación adecuada para ello.

Por último, rechazó que esta operación no se pusiera en marcha por el hecho de que se iba a obligar a los militares a no vestir su uniforme para no molestar a las fuerzas independentistas en Cataluña. Lo hizo aseverando que, como ministra de Defensa” “no hubiera aceptado que se hubiera hecho oscurantismo de los militares”.